El Castillo de Galve de Sorbe es una fortificación situada sobre un cerro al noroeste de la población homónima en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha).
Fue
construido en el siglo XV para la casa de Zúñiga sobre un
castillete anterior que les cedió el infante don Juan Manuel.
También perteneció a la casa de Alba y al Estado hasta que en 1971
lo subastó cayendo en manos de un particular. Se trata de un
castillo montano con una fuerte torre del homenaje rodeada defensivo
de los distintos compartimentos palaciegos y de un amplio muro que da
lugar a un patio interior.
El
de Galve es un castillo montano construido con piedra sillar. Consta
de un recinto exterior de muralla almenada de dos metros de espesor,
formando una planta cuadrilátera irregular con cuatro torres
cuadradas en las esquinas y dos circulares en los muros este y sur.
En las torres se observan todavía los escudos de la casa de Zúñiga.
En la torre semicircular del muro sur hay una bóveda hemiesférica
con los escudos de los impulsores del nuevo castillo de Galve
tallados en la pared.
La Torre del Homenaje destaca sobre las demás y se sitúa al norte del
recinto, colocada de manera tangencial al muro del recinto.
Escuadrada, con diez metros por cada lado, y tiene cinco plantas
repartidas en veinte metros de altura. Está coronada por un
saledizo sujetado por modillones de triple moldura. En su interior, en
su piso superior aparece una enorme chimenea de piedra sillar con un
gran arco escarzano y varios ventanales. Rodea la chimenea una
terraza. En uno de los muros de la torre del homenaje hay un escudo
de la casa de Arellano, emparentada con los Avellaneda.
El
actual castillo de Galve se levantó sobre uno anterior de origen
andalusí que defendía la frontera del Califato de Córdoba con el
Reino de Castilla. Con la conquista castellana de la Extremadura
castellana en el siglo XI Galve pasó a ser parte de la comunidad de
villa y tierra de Atienza. En el siglo XIII el común pasó a manos
del infante Don Juan Manuel que reedificó el viejo y destruido
castillo de la localidad. Tras los enfrentamientos del infante con el
rey Alfonso VIII de Castilla, este le perdonó a cambio de ciertas
concesiones, entre ellas el derribo del castillo de Galbe, que se
llevó a cabo. La población pasó a su muerte a la corona.
El
28 de octubre de 1354 Pedro I concede Galve a Íñigo López de
Orozco como señorío como premio por sus servicios. En 1367, tras el
asesinato de Íñigo López a manos del rey, su hija Mencía de
Orozco vendió el señorío a partes iguales a su pariente Diego
López de Estúñiga y a Diego Hurtado de Mendoza, aunque en 1405
pasó su totalidad a manos de Diego López tras la muerte de Diego
Hurtado. Sería ya en 1468 Diego López de Zúñiga, nieto, primer
conde de Miranda de Duero, quien ordenó construir un nuevo castillo
palaciego en Galve para residencia personal.
En
1543 Francisco de Zúñiga Avellaneda y Enríquez, tercer conde de
Miranda de Duero, vendió Galve y su castillo a Ana de la Cerda,
viuda de Diego Hurtado de Mendoza y Lemos, que lo cedería a si hijo
Baltasar de la Cerda y Mendoza, que sería primer conde de Galve. Con
el tiempo sería propiedad de los Silva y Mendoza, duques del
Infantado y de Pastrana. En el siglo XVIII, por uniones familiares,
paso a propiedad de la casa de Alba. En 1873, durante la tercera
Guerra Carlista, fue destruido y quedó en absoluto abandono.
Entonces los Alba lo cedieron al Estado por no querer hacerse cargo
de los restos, quien lo subastó en1971. En esta subasta cayó en
manos de Enrique Calle Donoso, propietario también de los castillos
de Riba de Santiuste y de Malqueospese , quien lo reconstruyó en
parte de manera arbitraria.
El
nuevo propietario del castillo tras su subasta de 1971, a finales de
los años 1970 realizó una serie de reformas que atentaron con la
estructura primitiva del castillo. Se apuntalaron los muros
exteriores y se acondicionó el interior con habitáculos para la
vivienda. Se tapió la entrada principal en el muro oeste junto a la
torre del homenaje. Se reformaron algunas partes de los muros usando
piedra tallada y ladrillo. Otras partes de la muralla fueron
levantadas de nuevo con exageradas almenas nuevas y el propietario
quiso aumentarlas varios metros hasta que las obras fueron paradas.
Desde entonces el castillo se encuentra abandonado por su propietario
y el estado del castillo es de ruina progresiva.
Fuente: Castillos del Olvido
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