miércoles, 25 de diciembre de 2019

Castillo de Marcilla (Navarra)


El Castillo de Marcilla se halla situado en la población homónima de la Comunidad Foral de Navarra. 

Se trata de una fortaleza señorial gótica de ladrillo, sobre taludes de piedra, construida por el noble mosén Pierres de Peralta hacia 1420, en los últimos años del reinado de Carlos III el Noble. 

Los fosos refuerzan su carácter de fortaleza, si bien desde que en el año 1513 Fernando el Católico instituyera el marquesado de Falces y el castillo se convirtiera en núcleo y cabeza de dicho marquesado, perdió parte de su carácter guerrero y se transformó en un castillo-palacio de tipo residencial. Es conocido el episodio ocurrido en 1516, cuando la Marquesa de Velasco se enfrentó valientemente al coronel Villalba, impidiéndole que ejecutara la demolición ordenada por el cardenal Cisneros. Su construcción forma un monumental bloque de planta cuadrada con un alto pedestal de sillar en talud y el resto de ladrillo. Este ofrece distinto color y textura, lo que indica que se trata de diferentes fases de la obra. Inciden en su papel de fortaleza los fosos que lo rodeaban, en buena parte visibles hoy en día. 

En los cuatro ángulos del cuadrado se elevan unos fuertes torreones, prismáticos, adosándose el suroriental en escorzo; otros torreones más esbeltos interrumpen el centro de los muros, salvo en el muro sur, que fue sustituido por una galería, que demolieron en 1986 los técnicos del Departamento de Cultura. De ellos destaca el de la fachada principal, que actúa como Torre del Homenaje. 

La macicez de esta obra se ve aliviada por una serie de vanos rectangulares que han sido muy modificados a lo largo del tiempo, quedando restos de algunos de medio punto, hoy cegados, y otro apuntado en el lado oeste. Pertenecen al gótico tardío los adornos de arquillos apuntados que culminan los parámetros y la torre central del lado oeste que apoya en canes salientes. 

Por el lado sur se accede al recinto a través de un portal entre dos potentes arcos apuntados, quizá lo más primitivo de la construcción, donde se utiliza un fuerte sillar. Sobre el que da al exterior se abren dos ranuras para sostener el puente levadizo y en su centro un escudo muy perdido, mientras que en la clave del segundo se esculpe otro con un dragón rampante orlado por aspas. Encima de esta entrada se situaba una galería de ladrillo muy transformada, con cuatro arcos sobre pilares en la parte baja, y en la parte superior parejas de arcos suspendidos. 

El castillo tenía en su interior un patio de armas en torno al cual se distribuían las dependencias. En tiempos modernos se fueron añadiendo construcciones más bajas que redujeron este espacio interior, todo lo cual se ha demolido en la actualidad. 

En su interior destacan la capilla que conserva sus pinturas (Siglo XVI) y el patio de armas, en torno al cual se distribuían las distintas dependencias.

Fuentes: Wikipedia
                marcillaturismo.org

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