El Castillo de Marcilla se halla situado en la población homónima de la Comunidad Foral de Navarra.
Se
trata de una fortaleza señorial gótica de ladrillo, sobre taludes
de piedra, construida por el noble mosén Pierres de Peralta hacia
1420, en los últimos años del reinado de Carlos III el Noble.
Los
fosos refuerzan su carácter de fortaleza, si bien desde que en el
año 1513 Fernando el Católico instituyera el marquesado de Falces y
el castillo se convirtiera en núcleo y cabeza de dicho marquesado,
perdió parte de su carácter guerrero y se transformó en un
castillo-palacio de tipo residencial. Es conocido el episodio
ocurrido en 1516, cuando la Marquesa de Velasco se enfrentó
valientemente al coronel Villalba, impidiéndole que ejecutara la
demolición ordenada por el cardenal Cisneros. Su
construcción forma un monumental bloque de planta cuadrada con un
alto pedestal de sillar en talud y el resto de ladrillo. Este ofrece
distinto color y textura, lo que indica que se trata de diferentes
fases de la obra. Inciden en su papel de fortaleza los fosos que lo
rodeaban, en buena parte visibles hoy en día.
En
los cuatro ángulos del cuadrado se elevan unos fuertes torreones,
prismáticos, adosándose el suroriental en escorzo; otros torreones
más esbeltos interrumpen el centro de los muros, salvo en el muro
sur, que fue sustituido por una galería, que demolieron en 1986 los
técnicos del Departamento de Cultura. De ellos destaca el de la
fachada principal, que actúa como Torre del Homenaje.
La
macicez de esta obra se ve aliviada por una serie de vanos
rectangulares que han sido muy modificados a lo largo del tiempo,
quedando restos de algunos de medio punto, hoy cegados, y otro
apuntado en el lado oeste. Pertenecen al gótico tardío los adornos
de arquillos apuntados que culminan los parámetros y la torre
central del lado oeste que apoya en canes salientes.
Por
el lado sur se accede al recinto a través de un portal entre dos
potentes arcos apuntados, quizá lo más primitivo de la
construcción, donde se utiliza un fuerte sillar. Sobre el que da al
exterior se abren dos ranuras para sostener el puente levadizo y en
su centro un escudo muy perdido, mientras que en la clave del segundo
se esculpe otro con un dragón rampante orlado por aspas. Encima de
esta entrada se situaba una galería de ladrillo muy transformada,
con cuatro arcos sobre pilares en la parte baja, y en la parte
superior parejas de arcos suspendidos.
El
castillo tenía en su interior un patio de armas en torno al cual se
distribuían las dependencias. En tiempos modernos se fueron
añadiendo construcciones más bajas que redujeron este espacio
interior, todo lo cual se ha demolido en la actualidad.
En
su interior destacan la capilla que conserva sus pinturas (Siglo
XVI) y el patio de armas, en torno al cual se distribuían las
distintas dependencias.
Fuentes: Wikipedia
marcillaturismo.org
Galería:
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