El Castillo de Mirabel, también denominado Castillo de la Peña del Acero, es una fortificación defensiva del siglo XV situada en una peña llamada "del Acero", de donde le viene el nombre, situada en las cercanías de la población de Mirabel en la provincia de Cáceres (Extremadura).
Si bien algunos textos comentan de la posible existencia de emplazamientos musulmanes en la zona, el origen del castillo no posee información documental que permita identificar a esta construcción defensiva como una fortaleza de época musulmana, aunque se piensa que anteriormente a su edificación existiera otra anterior. La pertenencia de estas tierras a los Zúñiga de Plasencia, a mediados del siglo XV, está suficientemente documentada, ya que fue un noble español de la Casa de Zúñiga, último Maestre de la Orden de Alcántara y que participó en la toma de Granada bajo el mando de los Reyes Católicos, el que posiblemente construyera la fortaleza.
Los Zúñiga recibieron el título de Marqueses de Mirabel creado el 14 de Mayo de 1535 por el rey Carlos I a favor de Fadrique de Zúñiga y Sotomayor, que fue el primer marqués. Amigo personal del emperador, acompañó en muchos viajes como asesor personal del mismo. Era un ilustrado del Renacimiento, en el que se unían las facetas militares y humanísticas. Uno de sus parietes, Luis de Ávila y Zúñiga, se casó con su hija María y heredó, por derechos de consorte, el señorío y marquesado de Mirabel. Ocupó puestos de gran relevancia en las Cortes del emperador Carlos I y del rey Felipe II. También fur Comendador Mayor de la Orden de Alcántara, y en el año 1446 escribió un libro sobre Carlos V y la Guerra en Alemania, que se editó en Venecia en el año 1548. Fue representante del rey Felipe II en diversas embajadas de Europa.
El castillo fue construido en el siglo XV, como hemos apuntado sobre una fortificación precedente. A pesar de estar prácticamente en ruinas, lo que aún permanece da una idea de la distribución de su edificación. Lo que mejor se conserva es una gran cámara con una importante bóveda de cañón hecha en ladrillo. Sobre ella se levantan las partes más visibles del castillo. El fuerte desnivel que presenta el terreno hizo que el muro septentrional, perfectamente adaptado a él, se mantenga casi completo.
Las troneras que permanecen son cruciformes, del tipo de las usadas en Extremadura durante el último tercio del siglo XV, lo que da una idea de la cantidad de fortificaciones similares que se construyeron en apenas unos 25 años..
Fuentes: extremaduraturismo.com
planVE.es
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