lunes, 30 de diciembre de 2019

Castillo de Mequinenza (Zaragoza)




El Castillo de Mequinenza se halla situado en la población del mismo nombre en la provincia de Zaragoza (Aragón). 

En el año 1133, el rey de Aragón Alfonso I Batallador, después de años de incansables e interrumpidas campañas reconquistando tierras a los musulmanes desde que empezó a reinar en 1104, dedicando gran parte de su vida a empresas militares, conquistando importantes plazas como la ciudad blanca, Saraqusta, la ciudad más importante del reino musulmán de Zaragoza, Calatayud (segunda en importancia y poder del reino moro), Daroca, Tudela o Tarazona, entre otras muchas, se embarcó en una de sus empresas más ambiciosas. 

Todo lo que había conquistado hasta ese momento no le era suficiente. Contaba con casi sesenta años, y estaba en la etapa final de su vida. Su objetivo no era nada mas y nada menos que llegar al mar, a la desembocadura del Ebro, Tortosa. Para ello debía conquistar Mequinenza, plaza musulmana bien defendida. Aun así, no tenia sentido seguir hasta el mar si no se conquistaba la también cercana plaza musulmana de Fraga, una de las mejores defendidas del distrito de Larida, la Lérida musulmana, ya que al estar situada a orillas del bajo Cinca, cerca de la confluencia con el Ebro, si no se tomaba, los musulmanes podían interceptar las rutas de suministros o abastecimientos cristianos. 

Si la campaña tenía éxito sería un golpe maestro, y Lérida, separada y aislada del resto de al-Andalus, caería también con facilidad en manos aragonesas. Con Tortosa en sus manos, el Batallador se aseguraba salida al Mediterráneo, el Mare Nostrum, y podía servir de base para nuevas conquistas como el reino musulmán de Valencia o Baleares. Es de suponer que el contingente de hombres de las tropas del Batallador debió ser considerable, dada la magnitud y los objetivos de la empresa. 

Mequinenza contaba con un importante castillo sobre una colina al borde de un barranco, en una excelente situación estratégica dominando plenamente la confluencia del Segre y el Ebro. Además de la gran fortaleza, contaba con fortificaciones menores en los alrededores que la complementaban defensivamente y servían para garantizar la seguridad de la población y el castillo. 

A finales del año 1033, el Batallador penetró en territorio hostil desde los Monegros; había empezado el sitio de Mequinenza. Después de semanas de asedio, el rey aragonés propuso a la guarnición del castillo una rendición con garantías para los habitantes de la población y sus bienes, pero fue rechazada por los musulmanes. Durante las tres semanas siguientes el cerco continuó, y los cristianos aragoneses tomarían las defensas o fortificaciones exteriores menores de Mequinenza. 

Finalmente, los musulmanes almorávides decidieron negociar una capitulación. El hambre y la falta de recursos les obligó a hacerlo. El Batallador entró en cólera y rechazó las negociaciones. No las aceptaría después de la negativa almorávide semanas antes de su propuesta de rendición. Fue entonces cuando decidió tomar al asalto el poderoso castillo de Mequinenza con todas sus tropas y con sus máquinas de asedio. La plaza sería arrasada y tomada por los aragoneses. 

El Batallador había conseguido uno de sus objetivos, Mequinenza ya era cristiana. A diferencia de sus otras conquistas por tierras aragonesas durante años, esta vez no sería benevolente. Tras tomar la fortaleza, mandó ejecutar a todos los supervivientes, quizás para infundir temor a las vecinas poblaciones musulmanas en caso de oponer resistencia en el futuro, o por el endurecimiento del carácter del rey después de tantos y tantos años en campaña contra los musulmanes. Este tipo de medidas y crueldad no eran habituales en él. 

El castillo se alza en un enclave privilegiado, sobre un espolón de 185 m de desnivel, desde el que se divisa la confluencia de los ríos Segre, Cinca y Ebro. La fortaleza queda protegida por su vertiente sur por una escarpada ladera en la que son visibles los restos de una larga muralla que desciende buscando el valle, mientras que por su vertiente norte, más desprotegida, el castillo estaba protegido por un foso artificial. 

La planta del castillo es irregular, reforzada en alzada por siete torreones, todos rectangulares menos uno de planta pentagonal situado en el centro del lado oeste, fruto de una reforma del siglo XVII. El acceso al interior del recinto se realiza por su flanco meridional, estando la puerta protegida por dos torres. La puerta presenta arco de medio punto y el blasón de los Moncada. 

La organización interior es residencial, con salas alrededor del patio central descubierto de planta cuadrilátera irregular y con aljibe excavado en la roca. El ala sur tiene tres macizas arcadas de forma apuntada. En el ala norte conserva una escalera que conduce a la segunda planta, donde está la Sala de Armas cubierta por bóveda de cañón apuntado. En el ala oeste está la gran sala, que conserva los macizos arcos diafragmas que sustentaban la techumbre de vigas, siendo el lugar donde se ubicaba la antigua capilla. La planta superior está ocupada por dependencias modernas. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               aragonmedieval.com
               miancema (Fotos)

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