lunes, 30 de diciembre de 2019

Castillo de Mengibar (Jaén)


El Castillo de Mengibar se encuentra situado en la localidad homónima de la provincia de Jaén (Andalucía). 

La torre que actualmente admiramos es la Torre del Homenaje del antiguo castillo, y es lo único que queda en pie de la fortificación levantada en el siglo XIII. Con la invasión árabe finalizó prácticamente la vida de la ciudad de Iliturgi, situada a unos 3 kilómetros de la actual Mengibar, en un lugar conocido como Las Torres o El Cerro de Maquiz. 

En estas circunstancias, los supervivientes debieron buscar un nuevo lugar donde asentarse, el actual Mengibar. Es lógico pensar que los árabes levantaran una fortaleza que junto con la de Estiviel o Las Huelgas, formaba parte de la Cora de Jayyan y fueron piezas fundamentales en la defensa de estas tierras, y cómo no, de la ciudad musulmana de Jaén. Así llegamos al año 1.225, fecha en que Fernando III, el rey santo penetra por segunda vez en la vega de Granada y a la vuelta conquista una serie de castillos, entre los que se encuentra el de Mengibar. 

Parece lógico que Fernando III destruyera la fortaleza árabe existente en Mengibar y posteriormente debió de levantarse otra, siendo de esta última de la que existen testimonios, como el de Martín Jimena Jurado en el siglo XVII representado en el gráfico. En 1.465, el Maestre de Calatrava se atrinchera en Torredelcampo, Fuerte del Rey, Mengibar y Cazalilla que estaban con él, frente al Contestable. Unos años más tarde hubo un acuerdo entre ellos y el Maestre de Calatrava entrega el castillo de Mengibar. 

Con el transcurso de los años la población de Mengibar fue creciendo y también su casco urbano. En el siglo XVII el castillo o fortaleza aún estaba en pie e incluso a principios del siglo XX se conservaban algunos lienzos de murallas del mismo. 

El castillo tenía forma rectangular. En una de sus esquinas había un torreón redondo, hoy desaparecido. La Torre de Homenaje aparece en el centro del patio de armas. Según Jimena Jurado, el castillo constaba de un Patio de Armas de forma rectangular, bastante amplio, con torreones circulares en las esquinas. La torre del homenaje es una torre cuadrada de 13,70 metros de lado y cuyo interior también es cuadrado, de 7,5 metros y 3 de espesor. Se entra a la misma por una escalera de 9 peldaños y 2 descansillos. 

La puerta de entrada está en el lado de Oriente y es pequeña, enmarcada por sillares y adintelada, apoyada en unos salientes salmeres de cantería. El material empleado en su construcción es la piedra, concretamente un sillarejo informe, con abundantes ripios, cuidando de una manera especial las esquinas, construidas con sillares más modelados a soga y tizón. 

En los paramentos de los muros aparecen saeteras o aspilleras y una doble ventana o balcón, antes amatacanado, en el Este, que cuidaba la entrada de la torre que queda en su vertical. A este balcón se accedía por dos estrechos pasillos adintelados que presentan falso arco de ladrillo apuntado en el interior. En el muro Norte existe otra ventana que da luz a la escalera, embutida en el muro. 

En las esquinas de la terraza de la torre persisten airosos canes que sostenían balcones amatacanados. Interiormente la torre queda dividida en tres plantas, además de una terraza. La planta baja es un aposento cuadrado de 7,45 metros de lado; cubierto por bóveda esférica de ladrillo. Desviado del centro, se abre un pozo o aljibe circular, excavado en la roca, cubierto con bóveda de cascarón, toda de ladrillo y 3 metros de diámetro y 4 de altura. A la derecha de la entrada se alza la escalera de subida a la primera planta, que va empotrada en los muros de Norte a Oeste. 

La planta primera tiene las mismas dimensiones que la anterior y se cubre con tres bóvedas de cajón, también de ladrillo, en forma de espiga, ligeramente apuntados, con rombo sin cubrir en la central por comunicarse con la segunda planta. Las bóvedas se apoyan en dos arcos apuntados de piedra y ladrillo, que arrancan desde la misma línea del pavimento y estribados en los muros Norte y Sur. Empotrada en el muro Sur asciende la escalera a la segunda planta, ahora los arcos se apoyan en los muros Este y Oeste. También embutida en el muro Oeste, sube la escalera a la terraza, que está desprovista de almenado y matacanes. En la última restauración se suplementó con pretil de piedra. 

En el suelo de la primera planta, cerca de los rincones y empotradas en el suelo, existen cuatro grandes tinajas de cerámica de 1,20 metros de profundidad. Todas ellas sirvieron para almacenar granos o líquidos. En las cuatro esquinas hay restos de los antiguos matacanes, consistentes en unas ménsulas, colocadas diagonalmente. La altura de la Torre varía según el sitio desde el que se mida, por los lados Sur y Este es de 25,7 metros y por el Norte y Oeste de 24,7. Los matacanes en las torres y fortalezas aparecen en el siglo XIV; por lo que la construcción de nuestra torre bien pudo tener lugar en los primeros años del siglo XIV, dentro de un estilo mudéjar, coincidiendo con los reinados de Fernando IV y Alfonso XI. La torre fue restaurada en el año 1982. 

Fuente: Wikipedia

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