El Castillo de Mengibar se encuentra situado en la localidad homónima de la provincia de Jaén (Andalucía).
La
torre que actualmente admiramos es la Torre del Homenaje del antiguo
castillo, y es lo único que queda en pie de la fortificación
levantada en el siglo XIII. Con la invasión árabe finalizó
prácticamente la vida de la ciudad de Iliturgi, situada a unos 3
kilómetros de la actual Mengibar, en un lugar conocido como Las
Torres o El Cerro de Maquiz.
En
estas circunstancias, los supervivientes debieron buscar un nuevo
lugar donde asentarse, el actual Mengibar. Es lógico pensar que los árabes levantaran una fortaleza que junto con la de Estiviel o Las
Huelgas, formaba parte de la Cora de Jayyan y fueron piezas
fundamentales en la defensa de estas tierras, y cómo no, de la
ciudad musulmana de Jaén. Así llegamos al año 1.225, fecha en que
Fernando III, el rey santo penetra por segunda vez en la vega de
Granada y a la vuelta conquista una serie de castillos, entre los que
se encuentra el de Mengibar.
Parece
lógico que Fernando III destruyera la fortaleza árabe existente en
Mengibar y posteriormente debió de levantarse otra, siendo de esta
última de la que existen testimonios, como el de Martín Jimena
Jurado en el siglo XVII representado en el gráfico. En 1.465, el
Maestre de Calatrava se atrinchera en Torredelcampo, Fuerte del Rey,
Mengibar y Cazalilla que estaban con él, frente al Contestable. Unos
años más tarde hubo un acuerdo entre ellos y el Maestre de
Calatrava entrega el castillo de Mengibar.
Con
el transcurso de los años la población de Mengibar fue creciendo y
también su casco urbano. En el siglo XVII el castillo o fortaleza
aún estaba en pie e incluso a principios del siglo XX se conservaban
algunos lienzos de murallas del mismo.
El
castillo tenía forma rectangular. En una de sus esquinas había un
torreón redondo, hoy desaparecido. La Torre de Homenaje aparece en
el centro del patio de armas. Según Jimena Jurado, el castillo
constaba de un Patio de Armas de forma rectangular, bastante amplio,
con torreones circulares en las esquinas. La torre del homenaje es
una torre cuadrada de 13,70 metros de lado y cuyo interior también
es cuadrado, de 7,5 metros y 3 de espesor. Se entra a la misma por
una escalera de 9 peldaños y 2 descansillos.
La
puerta de entrada está en el lado de Oriente y es pequeña,
enmarcada por sillares y adintelada, apoyada en unos salientes
salmeres de cantería. El material empleado en su construcción es la
piedra, concretamente un sillarejo informe, con abundantes ripios,
cuidando de una manera especial las esquinas, construidas con
sillares más modelados a soga y tizón.
En
los paramentos de los muros aparecen saeteras o aspilleras y una
doble ventana o balcón, antes amatacanado, en el Este, que cuidaba
la entrada de la torre que queda en su vertical. A este balcón se
accedía por dos estrechos pasillos adintelados que presentan falso
arco de ladrillo apuntado en el interior. En el muro Norte existe
otra ventana que da luz a la escalera, embutida en el muro.
En
las esquinas de la terraza de la torre persisten airosos canes que
sostenían balcones amatacanados. Interiormente la torre queda
dividida en tres plantas, además de una terraza. La planta baja es
un aposento cuadrado de 7,45 metros de lado; cubierto por bóveda
esférica de ladrillo. Desviado del centro, se abre un pozo o aljibe
circular, excavado en la roca, cubierto con bóveda de cascarón,
toda de ladrillo y 3 metros de diámetro y 4 de altura. A la derecha
de la entrada se alza la escalera de subida a la primera planta, que
va empotrada en los muros de Norte a Oeste.
La
planta primera tiene las mismas dimensiones que la anterior y se
cubre con tres bóvedas de cajón, también de ladrillo, en forma de
espiga, ligeramente apuntados, con rombo sin cubrir en la central por
comunicarse con la segunda planta. Las bóvedas se apoyan en dos
arcos apuntados de piedra y ladrillo, que arrancan desde la misma
línea del pavimento y estribados en los muros Norte y Sur. Empotrada
en el muro Sur asciende la escalera a la segunda planta, ahora los
arcos se apoyan en los muros Este y Oeste. También embutida en el
muro Oeste, sube la escalera a la terraza, que está desprovista de
almenado y matacanes. En la última restauración se suplementó con
pretil de piedra.
En
el suelo de la primera planta, cerca de los rincones y empotradas en
el suelo, existen cuatro grandes tinajas de cerámica de 1,20 metros
de profundidad. Todas ellas sirvieron para almacenar granos o
líquidos. En las cuatro esquinas hay restos de los antiguos
matacanes, consistentes en unas ménsulas, colocadas diagonalmente.
La altura de la Torre varía según el sitio desde el que se mida,
por los lados Sur y Este es de 25,7 metros y por el Norte y Oeste de
24,7. Los matacanes en las torres y fortalezas aparecen en el siglo
XIV; por lo que la construcción de nuestra torre bien pudo tener
lugar en los primeros años del siglo XIV, dentro de un estilo
mudéjar, coincidiendo con los reinados de Fernando IV y Alfonso XI.
La torre fue restaurada en el año 1982.
Fuente: Wikipedia
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