miércoles, 25 de diciembre de 2019

Castillo de Manzaneque (Toledo)


El Castillo de Manzaneque se encuentra situado en la población del mismo nombre en la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha). 

Se levantó sobre un torreón que vigilaba los caminos de la Mancha. A finales del siglo XIV, el poder del señorío de la zona debe estar representado de alguna manera, los ciudadanos, los aristócratas y los otros señoríos de la comarca deben ver ese poder reflejado. Por este motivo, el matrimonio de María de Orgaz y Lorenzo Suárez de Figueroa mandan construir la fortaleza y así afianzar la jurisdicción de Manzaneque como pueblo exento del señorío de Orgaz. 

María de Orgaz, también conocida como «la malograda», fallece dejando la fortaleza a sus descendientes procedentes de sus tres matrimonios. Finalmente, tras una serie de compras y ventas del castillo, queda en manos de su nieto Íñigo Dávalos. Mientras la fortaleza se encuentra en sus manos, la somete a diversas ampliaciones para mejorar su defensa. Tras su muerte, pasa a ser custodiado por los descendientes del segundo matrimonio de María de Orgaz, los López de Ayala, condes de Fuensalida. 

En 1487, se produce la venta de Manzaneque junto al pueblo de Cedillo al secretario del Real Consejo de los Reyes Católicos, Fernando Álvarez de Toledo que, diez años después, instituye un mayorazgo en la comarca. La ciudad de Toledo tiene disputas con los Álvarez de Toledo por la jurisdicción de Manzaneque, debido a los alcaides del castillo. 

En el siglo XVI, las revueltas en la zona de Orgaz y los enfrentamientos de los manzanequeños con la autoridad local, lleva a utilizar los sótanos y otras dependencias del castillo como cárcel. Este uso se ha seguido manteniendo tiempo después. El deterioro del castillo comienza a ser notable y sobre todo cuando se produce su abandono en 1782. La familia Álvarez de Toledo deja de habitar la fortaleza. A pesar del abandono y las malas condiciones el castillo sirve de protección, en 1833, para los ciudadanos, durante la Guerra con los Carlistas. 

Las autoridades de Toledo no ven con buenos ojos el deterioro del castillo, debido a su abandono. Por ello, a principio del siglo XX la Comisión Provincial de Monumentos insta a que se haga lo posible para procurar una rehabilitación y conservación del edificio. Aunque se había instado a su reparación el castillo sigue sin ser habitado, ni pertenecer a nadie. En 1930, Don Doroteo Gómez, que preside la Corporación Municipal, ve esta situación y decide pedir la cesión del castillo para instalar el ayuntamiento, al considerarlo «bien vacante». 

Han sido varias las rehabilitaciones que ha sufrido el castillo, sobre todo en su interior, habilitando el edificio para crear el Centro de Información de los castillos de la comarca, además, de mejorar las oficinas de la Casa Consistorial. 

Los castillos se suelen situar en las zonas altas de los pueblos y comarcas para poder avistar los dominios y a los posibles enemigos. El Castillo de Manzaneque se encuentra en un llano, por eso sus muros son elevados y así poder ver y tener conexión con los de Mora, Orgaz y Almonacid. Durante el mandato de Íñigo Dávalos se produce una ampliación, creando una barbacana con varias torres, que rodean el torreón central. De esta manera, junto con el puente levadizo y la pequeña puerta principal, mejora la defensa. 

Su fachada es muy importante, se construye con lajas verticales. De esta manera obstaculiza al enemigo en su pretensión de escalar la fortificación. Las almenas de las torres son triples, también para mejorar la defensa. 

En el año 1576, en Las Relaciones Topográficas de Felipe II se recoge una definición del castillo. Se trata de la primera vez que se detallan las características de la fortaleza. Nos habla de las armas que se encuentran dentro del castillo y de las funciones que se le dan al aljibe y a la mazmorra, entre otros datos. 

Al ubicarse en un pueblo pequeño del llano toledano, no se le da toda la importancia que se merece al Castillo de Manzaneque. Pero, no podemos olvidar que es un edificio que se comienza a construir en 1390 y que cuenta con más de ocho siglos de antigüedad.

Fuente: Castillos del Olvido

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