El Castillo de Salvatierra es una fortaleza de origen musulmán situada en el término municipal de Calzada de Calatrava, al sur de la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha).
Cerca de él pasa una de las más importantes vías naturales que cruzan Sierra Morena y unen la meseta central con la depresión del río Guadalquivir. Sus descarnados muros, de silueta inconfundible, se resisten al paso del tiempo como testigos evocadores de hazañas teñidas de guerra, oración y esperanza.
El
origen de este castillo es todavía una incógnita, pues unos autores
hablan de su construcción musulmana en los siglos X-XI, y otros, se
remontan incluso hasta la época romana. Las fuentes escritas son
pocas, por eso, hasta que no se realice una campaña intensiva de
excavaciones arqueológicas, no sabremos más sobre la génesis de
esta fortaleza.
Aunque las crónicas se refieren a lo acontecido a finales del siglo XI y principios del XII, cuando esta zona era frontera y campo de batalla entre la cristiandad y el islam, la existencia anterior de este castillo pudiera haber obedecido al control de la población bereber manchega, que protagonizó algunos episodios de rebeldía durante los siglos XI y XII, y a la confusión y perturbación propias de las épocas taifas. Su carácter es geoestratégico.
La misión de Salvatierra como elemento de control del territorio siempre fue importante, aunque su verdadero protagonismo como vanguardia de la cristiandad llegó como consecuencia de la derrota cristiana en la Batalla de Alarcos (1195) tras el desastre de Alfonso VIII y las tropas cristianas. Esto supuso un importante retroceso de las huestes cristianas de la zona, llegando a perder el castillo de Calatrava la Vieja, centro de la Orden de Calatrava, que había sido reconquistado a mediados del siglo XII. La Orden de Calatrava quedó al borde de la extinción, moralmente hundida y territorialmente reducida a su mínima expresión.
Sin embargo, en el año 1198, el maestre Don Martín Pérez de Siones, con 400 caballeros y 700 peones, entraron por Manzanares desde tierras de Zorita de los Canes y, tras la supuesta traición de un musulmán, conquistaron el castillo. A partir de ese momento, el castillo se convierte en escenario de acontecimientos memorables que han gestado el mito y la leyenda de esta fortaleza como "castillo de salvación". En pleno territorio musulmán, rodeados de un perímetro de 100 kilómetros, los calatravos decidieron encastillarse en Salvatierra y trasladar aquí su convento y sede de la orden que, a partir de ahora, se llamaría Orden de Salvatierra.
La
capacidad defensiva de esta fortaleza se demuestra en el hecho de que
el ejército cristiano de camino a Las Navas, a pesar de acampar en
los alrededores del castillo, siguió su camino sin intentar tomarlo,
algo que sí habían hecho con todos los demás que encontraron a su
paso, por ver demasiado costosa su rendición. Tras Las Navas, los
cristianos lograron la conquista definitiva entre 1213 y 1215. Aún
después del traslado de la Orden a su definitiva sede, el Castillo
de Calatrava La Nueva, situado frente al de Salvatierra, éste castillo siguió funcionando hasta el
siglo XIV.
Salvatierra
es herencia silenciosa y magnífica de una época tan convulsa como
apasionante, que nos llega hoy en día como un espacio a conocer,
disfrutar y sobre todo, recuperar.
Destaca
aún la Torre del Homenaje, que se yergue orgullosa frente al tiempo,
construida en mampostería y esquinas de sillería de roca volcánica
de gran tamaño, que le dan un contraste en tonos rojizos
verdaderamente original y atractivo. Se pueden observar distintos
lienzos de muralla y torres defensivas, que conformaban un espacio
inabordable, aprovechando la escarpada orografía de la falda sureste
para completar las protecciones.
Igualmente,
se pueden distinguir en estos muros los dos tipos constructivos que
encontramos en el recinto, cada uno correspondiente a las dos
culturas que lo poseyeron: el hormigón de cal y canto cristiano y el
hormigón islámico conocido como "tabiya". En la ladera
frente a Calatrava se aprecia el espacio donde se asentaba la
población entorno al castillo y que debió ser la zona de más
temprano abandono ya en el siglo XII. En el interior del monumento
aún se conservan varias bóvedas completas pertenecientes a espacios
militares y de almacenamiento, cámaras subterráneas, aljibes
construidos en mampostería e incluso, adentrándose en algunas zonas
al pie de la torre del homenaje, el arranque de una cúpula
correspondiente a algún espacio cultural.
En
la actualidad, el castillo de Salvatierra es de ruina y su
titularidad es privada al quedar dentro de lo que en su día fue la
encomienda de la Sacristanía Mayor. A pesar de la situación en la
que se encuentra, quien se acerca a visitar lo que en otros tiempos
fueron imponentes murallas pueden percatarse de la impresionante
potencia y tamaño de la fortaleza.
Fuentes: Wikipedia
Ciudad-Real.es
Ximo G. Rico (Fotos)
Galería:
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