El Castillo de Torres Cabrera se encuentra situado en la aldea del mismo nombre perteneciente al término municipal de la ciudad de Córdoba, capital provincial de la Comunidad de Andalucía.
La
torre de Arias Cabrera fue una de las llamadas torres-cortijos
difundidas por la campiña cordobesa, cuya función era de carácter
agrícola y militar. Servía de almacén de productos y torre de
defensa, vigilante de caminos y torre de señales, en comunicación
con otros castillos o torres vigías. La posterior anexión de otros
elementos arquitectónicos le han configurado el aspecto de castillo
con el que ha llegado a nuestros días.
A
finales del siglo XIII, Payo Arias de Cabrera heredó de su padre
Pedro Ponce de Cabrera unas tierras próximas a Córdoba en la zona
llamada Palomarejo. Allí fundó la torre que lleva su nombre, en
tierras de gran inestabilidad debido al carácter fronterizo de esta
parte de la campiña, sometida a continuos ataques musulmanes.
El
fundador del Señorío y primer señor de la torre de Arias Cabrera
fue Pedro Ponce de Cabrera, hijo de Payo Arias, tronco de las tres
líneas principales de los Cabrera de Córdoba. Vasallo del rey
Alfonso XI, entroncó con la Casa de Aguilar al casar con doña
Catalina Alfonso de Córdoba, hija del I Señor de Cañete, don
Alonso de Aguilar.
La
torre de Arias Cabrera comenzó a denominarse Torres Cabrera a partir
de su constitución en mayorazgo, gracias al VI Señor de la Torre de
Arias Cabrera, don Fernando Díaz de Cabrera, y a las mercedes que
recibió del rey Enrique III, que se unió en matrimonio con la hija
del I Señor de Luque, Egas Venegas.
Torres
Cabrera aparece documentado como propiamente castillo en el pleito
suscitado a raíz de la muerte de Fernando Díaz Cabrera, por el que
sus dos hijos, Pedro y Gómez Cabrera, se disputan la propiedad del
castillo de Torres Cabrera. El segundo hijo, Gómez Cabrera, VIII
señor del castillo ganó el pleito a su hermano mayor y fundó la
segunda línea de los Señores de Torres Cabrera. Parece ser que se
debe a este señor la remodelación que sufrió este recinto a
finales del siglo XV. Amplió las dependencias de la primitiva torre
y transformó el carácter militar de la misma, cuya función
defensiva hasta el momento había sido una necesidad, como bastión
de Córdoba, en recinto palaciego.
En
el año 1603, Baltasar Díaz de Cabrera, XI Señor del castillo de
Torres Cabrera, fundó un nuevo mayorazgo compuesto por los
heredamientos de El Garabato y del Mármol. Esta tercera línea de
los Cabrera de Córdoba fue la que recibió los títulos de
Vizcondado.
Don
Francisco Fernández de Córdoba y Cabrera IV Señor de los
Mayorazgos del Garabato y el Mármol, III Vizconde de Torres Cabrera,
paje del rey Felipe IV, llevó el título de I Conde de Torres
Cabrera.
Una
de las últimas y más importantes reconstrucciones las sufrió el
castillo de Torres Cabrera en el último cuarto del siglo XIX. Don
Ricardo Martel Fernández de Córdoba Cabrera Argote y Guzmán, IX
Conde de Torres Cabrera y VII Conde del Menado Alto (1831-1917), hizo
una gran inversión, adecentando el castillo, reconstruyendo graneros
y molinos aceiteros, y enriqueciendo la zona señorial con amplios
salones.
El
conjunto de la edificación consta de una única torre-fortaleza, y
de una importante hacienda cortijo. La torre es de planta cuadrada,
tiene sótano y dos plantas más de altura, y se encuentra almenada.
La hacienda está formada por tres cuerpos.
El
primer cuerpo de la hacienda comprende la casa señorial, las bodegas
de aceite y las cuadras. La casa señorial es una edificación de dos
crujías perpendiculares al acceso, siendo la primera de una sola
planta de altura y la trasera de dos. Los elementos estructurales y
de cerramiento están constituidos por gruesos muros de carga,
careciendo de todo tipo de carpintería y cerrajería, pudiéndose
apreciar por los marcos y alguna que otra hoja existente que la
carpintería era de madera de nogal, pintada de azul cordobés. En
prolongación de la primera crujía está la bodega de aceite, y de
la segunda, la antigua cuadra.
El
segundo cuerpo de la hacienda tiene forma de L y configura un molino
aceitero. La torre de este molino se encuentra en el ángulo
exterior, y aún pueden verse las piedras de molturación.
El
tercer cuerpo de la hacienda tiene escasa importancia, y divide en
dos al espacio abierto y amurallado que se localiza en la parte
posterior de la hacienda. Se destinaba a vivienda del personal de
labor, con idéntico esquema constructivo que las anteriores
edificaciones.
En
la actualidad carece de techumbre y está prácticamente derruido.
Toda la estructura de cubiertas es a base de cerchas de madera, las
del primer cuerpo, ejecutadas a base de escuadria de bella factura, y
las de la zona del molino, con rollizos. Como elemento de cubrición
se ha empleado la teja cerámica curva.
Sus
gruesos muros son de fábrica mixta de piedra y verdugadas de
ladrillo, rematada con antepecho exclusivamente aparejado de ladrillo
sobre el que descansan las almenas. Las diferentes plantas están
soportadas por bellas cúpulas de ladrillo con aparejo anular. Se
encuentra en estado de ruina progresiva.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
garcilanga (Fotos)
Galería:
No hay comentarios:
Publicar un comentario