lunes, 23 de diciembre de 2019

Castillo de los Condes de Saldaña (Saldaña, Palencia)


El Castillo de los Condes de Saldaña es una fortificación situada en la villa de Saldaña en la provincia de Palencia (Castilla-León). 

El castillo es de origen medieval y se encuentra en estado ruinoso, si bien algunos estudios arqueolñogicos indican que exietió otro castillo preislámico en este yacimiento llamado de "La Morterona". 

En el siglo VI, el rey Leovigildo conquista la ciudad de Saldania con su castillo, emitiendo moneda con la leyenda "Leovigildus Rex Saldania Justus". En Saldaña se instala una ceca que emite monedas en varios momentos desde el año 572 hasta el 610 en la cercana Mave, en los reinados de Leovigildo a Witerico, y posteriormente desde el año 631 hasta el 649, en los reinados de Sisenando a Chindasvinto. Tras la derrota de Guadalete en el año 711 y la posterior conquista árabe, los nobles visigodos se repliegan al norte de la provincia, ocupando los musulmanes la villa de Saldaña y su fortaleza fabricada con adobes. 

En algún momento entre los años 740 y 754, casi cuatro décadas después de la conquista del castillo por los árabes, Alfonso I, hijo del duque Pedro de Cantabria y yerno de Don Pelayo, reconquista el castillo tras un largo asedio. Es en este asedio cuando la leyenda sitúa los reales del rey Alfonso en el solar que actualmente ocupa la Ermita de Nuestra Señora del Valle, la cual se le apareció milagrosamente al monarca, intercediendo a favor de las tropas asturianas en su conquista final de la fortaleza. 

El castillo hasta entonces no debía ser muy grande, ya que en el siglo X existen noticias documentales de que fue reconstruido y ampliado, no perdiendo sin embargo su importancia estratégica. Los restos actuales se corresponden en su mayoría con esa ampliación, dado que los análisis a partir del C-14 de los restos de algunas de sus vigas aún conservadas, dan un margen cronologico entre los años 1000 y 1050 de nuestra era. 

Su posición estratégica se tradujo también en importancia política, al ser el centro de intrigas y disputas sucesorias y posada habitual de reyes y condes. Tato es así que, en el año 1126, la reina Doña Urraca I de León y Castilla fallece dentro de sus muros, en circunstancias no muy claras para los historiadores. Esta reina, mujer famosa por su carácter y determinación, fue una asidua del castillo de Saldaña, pasando largas temporadas en el. 

Las torres del primer recinto es la parte mejor conservada y más visible de todo el castillo. De sus dos torres en pie, destaca la torre Oeste, la cual alcanza los 9 metros de altura, apreciándose aún las tres plantas que hubo de tener, a pesar de los escombros apilados en la primera planta al derrumbarse el techo de las plantas superiores. 

Las dimensiones de la misma en su interior son de 5 por 5 metros, con muros de hormigón de hasta 1,70 metros, sin contar con el revestimiento exterior e interior de sillares que hubo de tener, ya que todos los sillares del castillo que pudieran ser labrados fueron utilizados en 1893 para recomponer el puente construido en el siglo XVI. 

La entrada a la Torre Oeste, se aprecia debió estar elevada en la fachada oriental del segundo piso, apreciándose aún la cavidad donde se encajaba la tranca, dando al interior del patio de armas. De este modo se facilitaba así la defensa de la misma desde el Interior. En el resto de las fachadas de la torre se aprecian los huecos de ventanas, aspilleras y ventanales. 

La segunda Torre, situada prácticamente en paralelo con la Torre Oeste, pero con un decalaje de un metro y medio aproximadamente, conforma un espacio interior, hoy lleno de escombros, en el que se desarrollaría la vida cotidiana del castillo. Este espacio estaba rodeado por un pequeño muro del que aún se conservan restos, a pesar de haber sido desmontado prácticamente en su totalidad para el reaprovechamiento de sus sillares. 

Esta segunda Torre, algo menor que la primera, era de dos plantas. Las dimensiones de la misma en su interior son de 6 por 6 metros, algo mayor que la primera, con muros de hormigón de hasta 3 metros, contando con el revestimiento exterior e interior de sillares que se conserva en algunas de sus partes, los cuales pudieran haberse conservado al producirse el derrumbe de las fachadas Este y Sur de la misma. 

Rodeaba la fortaleza en su parte superior un muro con un grosor de 2 metros y una altura máxima de 1,50 metros, de los que se conservan 30 m. de longitud al sur y este, así como un cubo, el cual está muy amenazado por la erosión de la ladera del cerro, al haber sido empleada su arcilla desde principios del siglo XX para la elaboración de tejas y ladrillos.

Este segundo muro, conformaba un patio en el exterior del conjunto de las dos Torres, por el que se accedería por algún tipo de poterna situado probablemente en la parte norte del primer muro, ya que en la parte Sur no se aprecia rastro alguno de puerta. 

A los pies de la Torre Este, existe un hundimiento de más de 6 metros de profundidad, en el que se aprecian restos de construcciones y revoco de color rojizo. Estos restos pudieran corresponderse con las dependencias subterráneas del castillo, sus mazmorras, o incluso el aljibe del mismo que proveería de agua a la fortaleza en caso de asedio. Los restos del mismo parecen arrancar de la parte superior de la cima, es decir, probablemente estuvieran a ras del segundo recinto. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net

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