La Alcazaba de Málaga está situada en las faltas del Monte Gibralfaro frente al puerto de la ciudad de Málaga, capital de la provincia homónima en Andalucía.
La Alcazaba
de Málaga ( del árabe Al-qabash) es
una fortificación de época musulmana construida sobre una anterior
fortificación de origen fenicio-púnico..Se
encuentra en las faldas del monte Gibralfaro en una posición elevada
pero contigua y unida al centro histórico de la ciudad, lo que
constituía la antigua medina de “Malaqa”, y en cuya cumbre se
halla el Castillo de Gibralfaro.
Ocupaba el extremo oriental del desaparecido recinto amurallado de la ciudad, de manera que los frentes de mediodía, poniente y norte quedaban a intramuros. Su superficie actual es de unos 15.000 m2, y ni siquiera alcanza la mitad del tamaño que tenía en su época de esplendor, como demuestran los planos históricos conservados.
Según el arquitecto restaurador Leopoldo Torres Balbás, la Alcazaba de Málaga es el prototipo de la arquitectura militar del periodo taifa del siglo XI, con su doble recinto amurallado y gran cantidad de fortificaciones, siendo el único paralelo el Castillo del Krac de los Caballeros, fortaleza levantada en Siria por los cruzados entre los siglos XII y XIII. Este palacio-fortaleza cuyo nombre significa "ciudadela" es uno de los monumentos históricos de la ciudad, siendo un espacio muy visitado para conjugar historia y belleza en un mismo recinto.
Está unida al castillo de Gibralfaro por un pasillo resguardado por murallas. Este pasillo se conoce como "La Coracha" y, junto al Teatro Romano, frente al edificio de la Aduana de Málaga, es una oportunidad única para ver en sólo unos metros la unión de las culturas romana, árabe y renacentista, lo que hace de este lugar algo muy especial.
Construida entre los años 1057 y 1063 según los historiadores musulmanes a instancias del rey de taifas bereber de Granada, Badis ben Habús, en su construcción se emplearon materiales de acarreo y se reutilizaron piezas del anexo teatro romano, como columnas y capiteles.
Posteriormente llegan a Málaga los almorávides en el año 1092 y los almohades en el año 1146. En el alo 1279 la conquista Muhammad II Ben al-Ahmar y pasa al reino nazarí. Su reforma le confiere una profunda impronta como edificación nazarita construida sobre la roca. Conjuga las necesidades de defensa y la belleza de un palacio árabe organizado a base de patios rectangulares y crujías en torno a ellos, con sus correspondientes jardines y estanques. Sus estancias que, en la tradición de la arquitectura granadina, buscan en los interiores la alternancia de luces y sombras para conseguir esos juegos que tan bien dominaron los alarifes musulmanes.
Su componente militar la hace una de las obras más importantes musulmanas conservada en España. Con matacanes, torres albarranas con saeteras y murallas almenadas como elementos defensivos, su mejor defensa estaba en su situación, dominando sus balcones la ciudad y la bahía de Málaga. A su alrededor había un barrio, hoy totalmente desaparecido, que tenía incluso su sistema para evacuar las aguas fecales, y con letrinas en casi todas las casas, lo que acredita el alto nivel de civilización que existía en esos momentos.
Tuvo
sucesivas reconstrucciones, algunas hasta en el siglo XX, y
actualmente es visitable con importantes muestras arqueológicas
expuestas. En las primeras excavaciones para su restauración,
aparecieron restos de muros romanos de hormigón revestido de estuco
rojizo y pequeñas albercas excavadas en pizarra, destinadas a la
preparación del Garum (pasta de pescado que elaboraban los romanos)
y una mazmorra donde encerraban durante la noche a las cautivas
cristianas que trabajaban de día.
Fuente: Wikipedia
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