El Castillo de Belmonte es una fortaleza que se eleva en el Cerro de San Cristóbal a las afueras de la villa de Belmonte, situada en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha).
Es un singular edificio que, por su excepcional estado de conservación, por su especial estructura y por su aspecto exterior que es prácticamente el mismo que tuvo en el momento de su edificación, constituye un verdadero tesoro patrimonial de Cuenca y de España. Fue construido en la segunda mitad del siglo XV, por orden de don Juan Pacheco, primer Marqués de Villena. Era un momento de convulsiones y luchas internas en la Corona de Castilla.
El marqués se proponía acumular territorios y construir fortalezas para hacerse fuerte ante los problemas sucesorios que se avecinaban entre Isabel de Castilla y su hermano, tomando don Juan Pacheco parte por éste último. En el año 1456 se inician las obras del castillo que duraron hasta 1468. Su arquitecto fue Hanequín de Bruselas, pero la finalización de la obra fue hecha por Juan Guas quien trabajó para el marqués en otras obras.
En 1811 los franceses fusilan en sus murallas al Tío Camuñas y a ellos se le atribuyen los deterioros de sus pórticos. Fue la heredera de la casa de Villena, Eugenia de Guzmán, más conocida como Eugenia de Montijo, la que se encargaría de restituir al castillo su esplendor original. Hacia 1857 comienza la obra y restaura las defensas de acuerdo al proyecto inicial, pero en el interior impone el gusto de su época, y así realiza los cierres de las galerías que dan al patio, utilizando el ladrillo como material y adaptando el estilo neogótico en la edificación restaurada. El edificio es ocupado durante unos años por los dominicos franceses entre 1881 y 1885 que lo adecúan como monasterio. Tras su marcha, el sobrino-nieto de la emperatriz, el Duque de Peñaranda, don Hernando Fitz-James Stuart y Falcó, de la Casa de Alba, continúa las restauraciones e incluso lo llegó a habitar.
El castillo fue concebido como una fortaleza-palacio para satisfacer, por una parte las necesidades defensivas del marqués de Villena, que quiso prepararlo para adaptarlo al avance de la artillería, y por otra parte, tuvo la función de una residencia lujosa, acorde con sus ansias de poder y la influencia que quería imponer en la corte don Juan Pacheco. Sus techumbres gótico-mudéjares y su bestiario gótico compiten sin duda alguna con al Alcázar Real de Segovia.
La planta del castillo es muy peculiar, denominada "estructura atenazada", construida sobre un triángulo equilátero con dos cuerpos en sus dos lados y en el otro la Torre del Homenaje; triángulo que se convierte en polígono de nueve lados con seis torres en los vértices que forman una estrella de seis puntas. Las torres tienen unos 22 metros de altura y la planta general tiene forma de estrella que es única en España y en toda Europa.
El recinto principal se rodea de una barrera artillera e exquisita construcción, con cien puntos de disparo, entre troneras y aspilleras, sumando los de su parte baja y alta. Esta barrera tiene tres puertas, denominadas Puerta del Campo, Puerta de la Villa y Puerta de los Peregrinos. Además consta de tres baluartes y sus troneras a ras de la liza son de cruz y orbe y las de la parte superior de cruz y palo.
En el interior han de reseñarse las techumbres mudéjares de sus salones y galerías, que hacen de este castillo uno de los más emblemáticos de España. Su habitación más importante es la conocida como Capilla o Sala de Embajadores. En ella hay un artesonado mudéjar con mocárabes comparables a los de la Alhambra de Granada o el Palacio de la Aljaferia de Zaragoza. En la misma sala hay un "bestiario medieval" esculpido en piedra, que no tiene parangón en España, pues no se trata de un bestiario disperso en los capiteles de un claustro, sino concentrado en tan sólo dos ventanas y atribuido a Juan Guas, arquitecto del marqués. Tiene 59 figuras, 20 en su ventana norte y 29 en la ventana orientada a poniente.
Fuentes: Castillos del Olvido
Wikipedia
castillos.net
Ayto. de Belmonte
Ximo G. Rico (Fotos)
Galería:
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