El Castillo de Bonilla de la Sierra se emplaza en la población homónima de la provincia de Ávila, en la Comunidad de Castilla-León.
Los
orígenes del castillo y el recinto amurallado se remonta al siglo
XII, aunque las reformas y mantenimientos más importantes comenzaron
a realizarse cuando la Villa pasó a ser Señorío de los Obispos de
Ávila, como lo demuestran los distintos escudos en las paredes del
castillo.
Bonilla
está estrechamente vinculada a la iglesia abulense por ser Señorío
del Obispado, y su castillo fue utilizado como residencia de verano
de los prelados hasta el siglo XIX, cuando, por la Desamortización
fue desvinculado del Obispado. Durante su etapa episcopal, en esta
villa (Bona-Villa) se levantaron la gran iglesia, las murallas y el
actual castillo.
El
edificio primitivo es de mediados del siglo XIV, y cuenta con un
patio central cuadrado alrededor del cual se distribuyen las
estancias, de hasta tres alturas, construidas la mayoría a raíz de
la reforma efectuada en el siglo XVI: el porche, la panera formada
por tres habitaciones, la torre del homenaje, las caballerizas de
ladrillo y adobe, y el llamado Patio de los Conejos. Se cuenta que en
algunas habitaciones y dependencias del castillo aún pueden verse
restos de los antiquísimos frescos policromados que las decoraban,
dividiendo el lienzo en bandas superpuestas que representaban escenas
de torneos y luchas de hombres y animales fantásticos.
Esta
fortaleza constituía un refuerzo de la defensa de una de las puertas
que existían, hoy desaparecida. Originalmente se entraba al castillo
por el lado occidental, protegido por el la torre circular de la
esquina y la torre del homenaje. Más tarde se abrió otra puerta en
el lado suroeste y un acceso en alto en la torre del homenaje, fuera
del recinto.
Se
conservan las puertas falsas de arco de medio punto, muy restauradas,
que eran utilizadas en caso de peligro. La torre del homenaje, de
modestas proporciones, es la parte mejor conservada, está dotada de
matacanes, y su planta baja es de cubierta plana y tiene pinturas en
sus paredes, que se componen de un zócalo en rojo dividido en
cuarterones con motivos geométricos y vegetales, a excepción de un
caballero con escudo de barras de inspiración múdejar , y por
encima las siguientes escenas: dos mujeres conversando, dos hombres
con vestidos típicos del siglo XVI, dos caballeros en un torneo, un
centauro,etc.
Fuente: Castillos del Olvido
Edujoser
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