lunes, 25 de noviembre de 2019

Castillos de Cambil y Alhabar (Cambil, Jaén)


Los Castillos de Cambil y de Alhabar se sitúan en dos peñas cercanas a esta población de la provincia de Jaén (Andalucía). 

Cambil, está situada en un gran valle al sur de Sierra Mágina y está rodeado de altas cumbres y escabrosos montes. Tiene como vigía dos grandes peñas, murallones casi verticales de caliza, separadas por un tajo labrado por el río Villanueva, donde se situaron los castillos musulmanes de Cambil y Alhabar, cuyo origen se relaciona con la frontera del Reino Nazarí de Granada, en el año 1246. 

El castillo de Alhabar se encuentra enclavado en el farallón rocoso del mismo nombre situado al este del río, mientras que el castillo de Cambil ocupa toda la meseta aproximadamente rectangular del peñasco del mismo nombre, al oeste del río. 

Cambil aparece citado en fuentes escritas por primera vez en el siglo XII, cuando al parecer Qanbil estaba dividido en dos pequeñas aldeas separadas por el río, cada una protegida por un pequeño castillo, que posiblemente eran poco más que la propia cima de los farallones, con algún refuerzo. 

Los castillos de Alhabar y Cambil aparecen citados por primera vez en 1315, y parece que fueron erigidos por los nazaríes en torno a 1246, tras el Pacto de Jaén y el establecimiento de la frontera del reino nazarí. En esta época el castillo de Alhabar estaba militarmente supeditado al castillo de Cambil, aunque constituía alcaidía autónoma. 

En 1315 pocos días después de la victoria castellana en Alicún, el infante don Pedro, tío de Alfonso XI, junto a los maestres de las Órdenes Militares conquistaron los castillos de Cambil y Alhabar tras un asedio en el que los cristianos usaron catapultas. En 1368 los musulmanes reconquistaron la plaza aprovechando la guerra civil castellana, durante la guerra de Pedro I y el infante Enrique de Trastámara, en el que los nazaríes actuaron contra Jaén, ciudad trastamarista, aliados con el rey castellano. 

En 1432 Cambil figura entre los castillos que Juan II de Castilla cede al infante Juseph Aben Almao, pretendiente de la corona de Granada. El condestable Iranzo intentó repetidas veces tomar los castillos de Cambil y Alhabar que, junto con el de Arenas, constituían una fuente constante de problemas debido a su proximidad a Jaén y a otros núcleos de su entorno. Sus ataques en 1462 y 1471, fracasaron. 

En 1485, los Reyes Católicos conquistaron Cambil y Alhabar en una campaña preparatoria para la definitiva conquista de Granada. La rendición del castillo, que pocos años antes se consideraba inexpugnable, se produjo tras sólo doce días de cerco. La conquista de estos dos estratégicos baluartes militares no fue empresa fácil, pues se hizo necesario el cerco formado por un ejército de 6.000 hombres provenientes de Jaén y en el que se empleó, por primera vez en la península, la artillería de forma masiva, después de transportarla por las fragosidades de la sierra con ayuda de un ejército de zapadores que abrieron los caminos necesarios. La conquista de estos dos castillos, Cambil y Alhabar, dejaba expedito el camino hacia Granada. 

La importancia que para la línea defensiva de los nazaríes tenían estos dos enclaves queda patente con el hecho de que su caída en manos castellanas provocó el inmediato abandono de la fortaleza de Arenas. Los Reyes Católicos, en agradecimiento a los vecinos de Jaén por su participación en la conquista, determinaron que la aldea de Cambil pasase a formar parte de la administración del Concejo de Jaén, situación que se prolongó hasta el 19 de abril de 1558, fecha en la que Felipe II emancipa a Cambil de la tutela administrativa de Jaén. 

El Castillo de Alhabar, ocupa toda la meseta superior del farallón de la margen este del río. Era de pequeñas proporciones aunque de un porte más elevado que el castillo de Cambil, de planta rectangular y se adaptaba a la roca escarpada por dos de sus vertientes (norte y sur), frente a las cuales levantaba su muralla, en las fachadas este y oeste, de las cuales quedan restos de estructuras muy deterioradas. 

En el espacio interior cabe destacar la existencia de dos niveles que fueron realzados por obra humana: uno central que hace las veces de alcazarejo y otro periférico. La obra visible en el interior del castillo es de mampostería menuda y abundante mortero de yeso. El acceso al castillo se realizaba por el oeste mediante una estrecha entrada precedida de una larguísima escalera, muy estrecha, parcialmente tallada en la roca, por lo que no era accesible para cabalgaduras. En este punto el espacio se cerraba con un muro de mampuesto. 

El otro cerramiento murado, el del este, está muy restaurado para evitar desplomes. Cerca de éste, en la cúspide amesetada en que el cerro parece que se nivela, hay indicios de una construcción rectangular, probablemente el único espacio habitable de Alhabar. Actualmente se ha habilitado un mirador desde el castillo de Alhabar, desde donde se puede observar el campo de visión que se tenía en aquella época desde el castillo. 

El Castillo de Cambil, por su parte, ocupaba toda la meseta superior, aproximadamente rectangular, del farallón rocoso de la margen oeste del río. Disponía de defensas naturales en tres de sus frentes, protegidos únicamente por un leve parapeto, debido a la naturaleza escarpada de la peña sobre la que se asentaba, tan sólo el lado oeste tiene un desnivel escaso, de unos 4 o 5 metros, por lo que es en este lado donde tuvo algún tipo de fortificación y por donde se debía acceder al castillo. 

El interior del castillo es bastante tosco, con mampostería menuda y mucho mortero de yeso. Se estructuraba en dos niveles: uno central a modo de alcazarejo, y otro periférico. El alcazarejo se forma por una meseta sobrealzada que estuvo rodeada de parapetos y quizás nivelada con tierra. En el sector este se detecta una estructura ataulada que la apoya y realza, dos muros de mampuesto en ángulo recto con la esquina formada por una cadena de sillares muy estrechos y bien cortados. 

El espacio interior del que podríamos llamar patio de armas, estuvo dividido en dos sectores longitudinales por medio de una divisoria de mampuestos en seco, hoy completamente derruida aunque sus piedras están in situ. Los restos del hueco de la tranca, tallado sobre la roca viva, revela la entrada del castillo. En algunos sectores del castillo se encuentran bolaños de piedra, que, por su dispersión, pudieran ser restos del bombardeo realizado en 1485 por los Reyes Católicos. Hoy día, aún se pueden observar restos de la muralla. 

Fuente: Wikipedia

Galería:






No hay comentarios:

Publicar un comentario