El Castillo de Brozas, también conocido como Castillo de la Encomienda Mayor de la Orden de Alcántara, y de forma popular como "El Palacio", es una fortificación situada en las inmediaciones del municipio del mismo nombre en la provincia de Cáceres (Extremadura).
La importancia de Brozas viene dada de que fue sede de la citada Encomienda desde la Edad Media y más adelante, en el siglo XVI, fue capital de un partido cuando se llevó a cabo una reforma administrativa en el territorio. Fue construido durante el siglo XIV y posteriormente reformado en los siglos XVI y XVII, estando situado en la parte más alta de la población.
Fue en este castillo donde se instalaron las instituciones de Brozas y por esta razón tiene el doble aspecto de castillo y de palacio, ya que era la residencia de la Encomienda, lo que justificaba sobradamente los importantes gastos en mantenimiento y ampliación del edificio original. En el año 1397 sirvió a los habitantes de Brozas para repeler el ataque del comendador mayor de la Orden de Alcántara, el condestable portugués Nuno Alvares Pereira, que había sido enviado por el rey Juan I de Portugal a España para vengar los saqueos que los maestres de las órdenes de Alcántara y de Santiago habían protagonizado poco antes en territorio luso.
En el año 1431, excepto su Torre del Homenaje, fue derribado por Pedro de Aragón en el contexto de la guerra que los infantes de Aragón mantenían contra el rey Juan II de Castilla. Décadas más tarde, fue un importante objetivo militar durante la guerra interna de la Orden de Alcántara que enfrentó a los partidarios del maestre Gómez de Solís contra los del clavero Alonso de Monroy.
A las defensas medievales de que disponía el castillo, se añadieron a finales de siglo XVI otras edificaciones de tipo residencial y administrativo, así como las de carácter defensivo militar. En el siglo XVII, en plena guerra con Portugal, se levantó un recinto abaluartado tal y como se conserva hoy en día, en forma de talud, que sirvió para disponer en ella piezas de artillería.
Hay tres tipos de construcciones correspondientes a tres etapas diversas: de la etapa medieval lo más interesante es su Torre del Homenaje, que no tiene mucha altura, las caballerizas y las dependencias para vivienda y almacenes. A finales de esta época se sustituyó el recinto o barrera exterior primitivo, que era de barro y piedras, por otra de mayor consistencia defensiva en mampostería basta. A finales del siglo XVI se llevaron a cabo gran cantidad de construcciones, modificaciones y mejoras de la práctica totalidad del castillo. Los dos proyectos más importantes fueron la construcción completa de la muralla y el de los edificios interiores, con un patio claustrado, que fueron obra del arquitecto Juan Bravo, que entonces era Maestro Mayor del la Orden de Alcántara.
La muralla tiene unos cubos huecos semicilíndricos y con diferente número de pisos cada uno, ya que dependía de la topografía del terreno. Los cubos están dotados de troneras y una cornisa a la altura de la cubierta que es de ladrillo. La cubierta está coronada por una bola. El recinto amurallado y los cubos no tienen almenas, y al no ser ambos excesivamente altos, el aspecto se aproxima más a un edificio palaciego que a una construcción defensiva.
La parte mjor conservada es la del flanco nororiental, donde se colocaron escudos heráldicos, como el del rey Felipe II, en la coronación de la entrada principal y en los cubos los de Cristóbal de Mora, promotor de las obras y Comendador Mayor de la Orden de Alcántara. En el interior tiene un patio que, si bien no está concluido, tiene un gran señorío en dos lados que tiene columnas toscanas en la planta inferior y en el piso primero tiene dinteles que se apoyan en columnas, las cuales descansan sobre sendos plintos.
Fuentes: Wikipedia
extremaduraturismo.org
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