jueves, 28 de noviembre de 2019

Castillo de Castilnuevo (Guadalajara)


El Castillo de Castilnuevo se encuentra situado en la localidad del mismo nombre en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha). 

Fue construido en el siglo XII. Aunque hoy presenta aspecto de casa fuerte, las recientes excavaciones arqueológicas han demostrado su original condición de castillo, adaptado en su trazado trapezoidal al cerro en que se asienta. Disponía de una gran torre del homenaje, torres cuadrangulares en las esquinas de la muralla, y otros torreones adicionales en el medio para reforzarla. 

Numerosos documentos fueron firmados en Castilnuevo por el rey Alfonso I el Batallador, posiblemente establecido allí para dirigir la conquista de Molina, que se hizo efectiva en 1128. Posteriormente adquiriría la condición de casa fuerte, más que fortaleza militar, siendo usada por Doña Blanca de Navarra y otros nobles como lugar de retiro. El único asalto documentado ocurrió en el s. XV, cuando el rey Enrique IV cede el Señorío de Molina a D. Beltrán de la Cueva. La población se sublevó, reclamando su derecho a pertenecer a la corona y no a un noble, y capitaneados por Fernando de Vera, asaltaron Castilnuevo y lo saquearon. 

Aparentemente, en origen, debía conformarse como un castillo de planta rectangular con torres cuadrangulares en sus esquinas, una de ellas de mayor tamaño que correspondería a la torre del homenaje, y torreones semicirculares a mitad de los lienzos mayores. Contaría con una falsabraga, construida en su mayor parte con mampostería y mortero de cal y con sillares en algunas zonas para reforzar las fábricas. 

De esta quedan algunos vestigios semiocultos o semiarruinados entre las deleznables construcciones anejas. Parece que el acceso principal estaría ubicado en el lado oriental, y contaría con un puente levadizo, si bien hoy está completamente desvirtuado con la instalación de una escalera que facilita el acceso por ese punto. El otro punto de entrada lo encontramos al sur. A través de un arco de medio punto practicado en un muro almenado, se accede a un estrecho espacio que nos conduce, mediante un pasillo acodado al patio de armas. 

La fábrica del castillo se caracteriza por el uso de mampostería trabada con cal y por la presencia de sillares para reforzar las esquinas y algunas zonas con sillarejo. Las diferentes reformas y modificaciones sufridas han dejado su testimonio en los muros, permitiendo la observación de éstos para identificar fases y reformas a partir de las “cicatrices” existentes.

Fuente: Castillos del Olvido

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