El Castillo de Castrocalbón se encuentra en las cercanías de la localidad del mismo nombre situada en la provincia de León (Castilla-León).
Entre
140 y 160 mts. a poniente del foso se sitúan las ruinas de un
castillo o palacio, del cual hoy solamente se conservan un paredón,
hecho a base de tierra apisonada revocada con una capa de argamasa y
con un ancho total de 3,40 mts., y un arco de sillería, Gómez
Moreno lo describe y nos dice cómo ha venido a parar casi toda la
construcción en montones de tierra, también denuncia la triple
arquería que hubo al sur, de arcos agudos.
También
el General Benavides refiriéndose a él compara sus paredones,
recordándole su parecido, con las kasbas bereberes del Gran Atlas y
la similitud con el Tiemecén de Argelia. Puestos a comparar, hay
gran similitud en la fábrica de estos paredones con las ruinas del
castillo de Palenzuela (Palencia) y esto, junto con el estudio de las
tumbas angulares, del mismo que ofrece el Dr. D. Lázaro de Castro
García, se presta a múltiples conjeturas sobre la paternidad y
dominio de la primitiva obra, aparte de la no dudosa intervención de
alarifes árabes sometidos en parte de su construcción.
Hasta
hace muy poco tiempo, los montones de tierra que ocasionaron los
derrumbes se vieron sometidos a constantes sacas de material por
parte de los vecinos, que lo usaban como tapial en las construcciones
y en relleno de fincas, esto ha hecho que el deterioro sea enorme y
el estudio para averiguar la primitiva disposición y distribución
de su planta se presente difícil en gran parte y dudoso en general.
En el S. XVIII ya sólo existía un arco en pie, el de hoy, que no
estuviera deteriorado; las arquerías, que se documentan, laterales y
otros arcos, el más preciso catalogador de nuestro castillo, Sr.
Gómez Moreno, no pudo dar noticia de ellas porque no existían
cuando visitó las ruinas, acaso todavía contemplara algunos muros
más en pie de los que hoy están, pertenecientes a los torreones. De
los arcos se han llevado hasta los cimientos.
En
las excavaciones se han encontrado diversos objetos de metal y
piedras de sillería, columnas, capiteles y abundantes fragmentos de
cerámica. Sólo se ha podido localizar algunas columnas que estaban
en el pórtico de la iglesia con tres basas y dos capiteles, además
de otro capitel que extrajo el Sr. D. Justo Fernández y el brocal
del pozo junto a la iglesia que bien pudo ser otro capitel o basa.
Extramuros
de las ruinas, al naciente, se notan tramos empedrados de piso y
trozos de argamasa, extendiéndose varios metros, hoy enterrados en
la pradera y pareciendo vestigios de lo que pudo ser patio de armas
de la fortaleza u otras construcciones auxiliares. La relación con
la ermita y su cementerio creo la evidencian la proximidad y la
semejanza de restos arqueológicos.
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