lunes, 25 de noviembre de 2019

Castillo de Cadrete (Zaragoza)




El Castillo de Cadrete, también denominado Castillo de Qadrit, nombre de la alquería musulmana que le da origen, se encuentra en el municipio del mismo nombre de la provincia de Zaragoza (Aragón). 

Es una construcción de origen islámico mandada levantar por Abderramán III en el año 935 con motivo del asedio de Saraqusta (Zaragoza), cuyo gobernador se declaró en rebeldía tras negarse a seguir ciertas órdenes dictadas por el Califato de Córdoba. Sofocada la revuelta, nada más se sane de esta fortificación hasta comienzos del siglo XIII, momento en que Pedro II de Aragón empeña temporalmente la villa y su fortaleza para saldar la deuda que había contraído con Pedro de Navascués. Décadas después, Jaime I repetirá de nuevo esta operación, en esta ocasión con Artal de Huerto, quien le había realizado un importante préstamo de dinero. 

Con la expulsión de los moriscos aragoneses en el año 1610, la fortaleza quedará completamente abandonada, permaneciendo así durante más de tres largos siglos hasta que la lucha iniciada en 2003 por diversas asociaciones, vecinos y el propio Ayuntamiento, desembocó en una primera fase de restauración, consolidación y rehabilitación entre los años 2011 y 2012. 

El emplazamiento del castillo sigue los patrones de las fortalezas musulmanas, es decir, se erige sobre un cabezo con defensas naturales a ambos lados, rodeado por montes de mayor altura que a la vez que contribuyen a disimular su presencia, ofreciéndole un excelente camuflaje que hacía más difícil su localización en caso de ataque. 

Construido en argamasa de yeso, mediante la técnica del tapial, presenta tres recintos bien diferenciados, reformados y ampliados a lo largo de casi 700 años de ocupación. El recinto superior, articulado en torno de un patio abierto, acogió las estancias de mayor relevancia de la fortaleza, como el vestíbulo, un aljibe con capacidad de unos 5000 cántaros, un soportal, una capilla y otras construcciones de difícil identificación. 

No obstante, si hay un elemento que sobresale por encima de todos ellos es la imponente Torre del Homenaje de cuatro pisos, formada en realidad por una primitiva torre de época califal, posteriormennte forrada y recrecida por una segunda torre para tratar de frenar los problemas estructurales de la primera. En su interior, todavía se conservan algunas de las bóvedas originales, así como los restos de decoración en su tercera planta, lo que podría denotar un uso residencial. 

El recinto intermedio, al que se accedía desde el anterior por una escalera de caracol de la que sólo se conservan algunos escalones, se trata de un amplio espacio pendiente todavía de excavación. Los sondeos realizados parecen indicar que pudo estar dedicado a uso domestico, sin descartar la presencia de unas cuadras e incluso un pequeño Patio de Armas. 

Una puerta situada en la esquina noroeste del mismo, da acceso al recinto inferior articulado en dos plataformas distintas. Al igual que en anterior, también se halla a la espera de una excavación que revele más datos, aunque gracias a las obras de restauración sabemos que contaba con dos baluartes defensivos protegidos por varias aspilleras y con una estructura circular revestida de yeso en cuyo centro se sitúa un pilar rectangular, sobre la que se han formulado diversas hipótesis, a la espera de ser corroboradas en futuros trabajos de excavación. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               aragonmedieval.com

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