El Castillo de Butrón se encuentra localizado en la población de Gatika, en la provincia de Vizcaya (País Vasco).
La
historia del Castillo de Butrón, que parece sacado de un cuento de
hadas, se remonta al siglo XI, fecha en la que se construyó una
torre típicamente medieval sobre la antigua casa de los Butrón,
fundada por el Capitán Gamíniz en el siglo VIII en la Anteiglesia
de Gatika, sobre el peñascal de Ganzorri o Gantzurritz.
En
el siglo XIV la torre primitiva fue transformada en un castillo
inexpugnable. Sobre sus muros flotó siempre el temido pendón de los
Butrones, cabezas del bando Oñacino, los caudillos más famosos de
la comarca y los más fuertes y pendencieros banderizos del País.
El
castillo de Muñatones, que mandó construir sobre la antigua torre
en Somorrostro el cronista Lope García de Salazar, en atención a su
mujer doña Juana de Butrón y Mújica, que era hija del sexto señor
de Butrón, se construyo tomando como modelo el de Butrón.
Su
evolución viene seguida de toda una serie de leyendas que, unidas a
la realidad, tienen como protagonistas las luchas entre dos familias
de nobles, los Gamboinos, que eran los dueños del castillo, y los
Oñacinos. La pelea se saldó con varios muertos. Con los Reyes
Católicos, estas construcciones se convirtieron en las residencias
habituales de los nobles, así, en el siglo XV, apareció la figura
histórica de Enrique IV quien convirtió estos edificios en
residencias habituales.
En
el siglo XIX su primitiva forma medieval fue alterada. El Marqués de
Torrecilla, don Narciso de Salabert y Pinedo, último propietario de
las ruinas de Butrón, con las rentas que le producían los caseríos
que poseía en Bizkaia, mandó reconstruir el castillo con un estilo
exótico, similar a los que en Baviera levantó el romántico y
desgraciado rey Luis de Baviera. El castillo fue planeado por el
Marqués de Cubas, inspirado en formas góticas, nórdicas y
fantásticas, inventándose almenas, cubos y ventanas.
El
maestro de obras fue don Nicomedes de Eguiluz y de la decoración
escultórica se encargo Adolfo de Areizaga. La lenta reconstrucción,
limitada a los requeridos ingresos de las rentas, comenzó en el
siglo XIX y terminó a principios del siglo XX, en tiempos de don
Andrés Avelino de Salabert y Arteaga, Marqués de Torrecilla.
Después de éste, el castillo pasó a los Duques de Medinacelli y
luego a la Duquesa de Cardona.
El
castillo de Butrón constituye uno de los edificios-fortalezas más
destacados de Vizcaya. La impresionante visión de este edificio
elevándose hacia el cielo le otorga un aspecto impactante. Toda la
obra es de grandísima solidez como así lo demuestran sus muros de
13 pies de espesor. Destacan dos cubos circulares de gran grosor y
con multitud de vanos. La torre del homenaje, los chapiteles y los
garitones aportan al edificio un matiz decorativo. La torre del
homenaje data del siglo XIX, y se eleva por encima de todo el
edificio.
Con
la reconstrucción realizada en el siglo XIX, el castillo se
convirtió en un apiñado conglomerado de cubos y torrecillas que se
alza en medio de un frondoso parque. De las antiguas ruinas sólo se
conservó la planta baja de uno de los torreones.
El
castillo es una preciosa construcción realizada en piedra labrada y
trabajada. Gracias al color de su piedra, se aprecia de forma clara
la parte más antigua. El esfuerzo artístico se manifiesta en sus
detalles decorativos que dotan al conjunto de una enorme belleza.
Fuentes: Castillos del Olvido
Wikipedia
gatikaturismo.com
castillodebutron.org
Galería:
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