viernes, 22 de noviembre de 2019

Castillo de Benirrama (Vall de Gallinera, Alicante)


El Castillo de Benirrama se encuentra situado frente a la localidad homónima, integrante del Vall de Gallinera, al norte de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana).

La Vall de Gallinera es una pintoresca tierra que se sitúa entre las sierras de la Foradá y del Llombo, en la comarca alicantina de La Montaña. Perpendicularmente a la línea costera, tiene sus dos entradas protegidas por sendos castillos, éste a levante del valle y el castillo de Benissili, llamado también castillo de Al-Qalà o castillo de Al-Azraq, a poniente del mismo. El acceso desde el interior se defiende por el magnífico baluarte del castillo de Benissili. La cola del valle se estrecha en una angosta garganta, a cuyo fin se encuentra el castillo de Benirrama antes de abrirse paso a las fértiles llanuras de Pego. Junto a esta garganta, pero aún en el interior del valle, se levanta esta fortaleza de Benirrama sobre un promontorio rocoso a unos 500 metros sobre el nivel del mar (Rubio Gomis, 1986). 

A pesar de que el lugar fue visitado en multitud de ocasiones por el personal del Museo Arqueológico “Camilo Visedo” de Alcoy, con motivo de la grabación de una película sobre el mismo de los castillos de la zona se hizo una recogida exaustiva de material arqueológico y se levantó una planimetría del mismo en el año 1.981, publicándose los resultados por el arqueólogo Federico Rubio Gomis en el año 1.986. El castillo de Gallinera está documentado por las fuentes, y por ellas sabemos que en 1.244 – 1.245, cuando se firma el Tratado de Pouet entre el caudillo árabe Al-Azraq y el rey Jaime I de Aragón, el castillo ya existe y figura como uno de los que está en poder de Al-Azraq y que tiene que entregar al cristiano transcurridos tres años desde la firma del tratado mencionado. 

Tenemos que fijar sus orígenes en años anteriores, pero con toda seguridad postcalifales, puesto que es total la ausencia de estas cerámicas entre los hallazgos arqueológicos en la cresta rocosa en la que se sitúa. Sin embargo, la presencia de muchos restos de cerámica vidriada color verde pálido por una cara y amarillo por la otra, típica del siglo XII, es una buena indicación para darle una cronología almohade. Con respecto a su final, éste viene claramente establecido por las fuentes documentales, cuando nos hablan de se arruinamiento debido a un terremoto a mediados del siglo XVII, aunque indican que ya se hallaba deshabitado desde inmediatamente después de la expulsión de los moriscos decretada en el año 1.609. No obstante, es de suponer que la etapa de máximo esplendor y utilización de esta fortaleza finalizaría en el siglo XIV, al final de la guerra que enfrentaron Jaime I con el caudillo árabe Al-Azraq en las puertas de Alcoy, en la que murió éste último. 

Se trata de un magnífico castillo de forma alargada, cuyo eje mayor, orientado de noreste a suroeste, mide más de 150 metros por 33 metros de anchura máxima. El montículo, de difícil acceso por todas partes, presenta, no obstante, una zona rocosa muy abrupta por el oeste, siendo el lado este, abancalado y la zona de llegar hasta él con menos dificultad. Su fábrica principal es de mampostería irregular, que actúa como basamento, y sobre el que se elevan las hiladas de tapial de mortero de cal y gravas. Las construcciones defensivas están formadas por los siguientes elementos: todo el montículo se encuentra rodeado por un cinturón de murallas con torreones semicirculares. Presenta tres aljibes, uno en el extremo norte, lugar protegido por un lienzo de murallas que los aísla interiormente del resto; otro en la zona opuesta, aunque en situación menos extrema, y un tercero dentro del baluarte central. El citado baluarte recae hacia el oeste, constando de una zona rectangular protegida por nuevas construcciones que lo aíslan y le hacen ganar altura. 

La puerta, cubierta por una torre rectangular de mampostería, está construida en zonas de ladrillo rojo, que se abre por el lado este. Esta torre, y la muralla que de ella parte, estaba unida mediante un arco al lienzo de la izquierda, formando así un pasillo de entrada fácil de defender. En el extremo sur se alza una gran torre rectangular, que debió contar con varios pisos, conservándose el interior del primero de ellos, y la bóveda de medio punto que forma su techo y lo separa del siguiente, al que se accedería por una escalera de mampostería adosada al muro interior. Una pequeña sillería se empleó en los torreones y en las bases de sustentación de algunos contrafuertes, de clara cronología cristiana. En la muralla se utiliza una mala mampostería de piedra local en algunos sitios, mientras en otros se utiliza encofrado de piedra menuda, cal y arena. 

Como se ha indicado anteriormente, la primera noticia documental data del año 1.245, con la firma del Tratado de Pouet. En él, Al-Azraq se compromete a ceder al rey cristiano los castillos de Pop y Tárbena, reteniendo para sí los de Al-Qalà (Benissili) y Pertputxent, con el compromiso de entregar en los tres años siguientes éste de Gallinera, junto con el castillo de Margarida y los de Cheroles y Castiel. En el año 1.248, durante la primera sublevación, el pacto de entrega del castillo de Benirrama no se cumple, y tras varios años de escaramuzas y asedios, el rey Jaime I toma el castillo el 1 de junio de 1.258, entregándolo a su señor feudal Ato de Foces, quien dos años más tarde lo cede a su hijo Eximen de Foces, al que se le embarga por Jaime I en favor de su hijo Pedro Ferrando, hijo natural del rey aragonés. 

En abril de 1.273 se entrega el castillo a Berenguer de Latera, por débitos al rey y, por idéntica causa, tres meses después a don Pedro Diego Muñoz. En el año 1.275 de nuevo se embarga a favor de Mateo de Montreal, quien inicia algunas mejoras en sus defensas, un aumento de guarnición y control de avituallamiento. Al año siguiente, se reparten armas en el castillo, y Armando de Armentera lo inspecciona en nombre del rey aragonés por ver si está dispuesto para la guerra, conocido ya el nuevo alzamiento del caudillo Al-Azraq contra las tropas y puestos cristianos. 

Establecida la paz en el año 1.279, la fortaleza pasa al control de Bernardo de Peñaflor. En 1.282 es su alcaide Rodrigo Jiménez de Luna y en el 1.283 toma su control de nuevo Mateo de Montreal. En el año 1.322 el rey Jaime II de Aragón lo dona a su hijo, el infante Pedro, y es durante la Guerra de los Dos Pedros cuando el castillo es conquistado por los castellanos, y posteriormente, en el año 1.356, se recupera para el Reino de Valencia por Juan Mercer. Es en 1.417 cuando el reu Alfonso V lo dona a su hermano don Juan. El terremoto del año 1.644 arruina gran parte de la construcción, que por entonces llevaba ya muchos años deshabitada. 

De todo ello resumimos que hubo tres épocas de gran florecimiento y uso de las instalaciones del castillo de Benirrama: una encuadrada tras su construcción; una segunda, durente el siglo XIII en los tiempos de las luchas entre Jaime I y Al-Azraq, y una tercera, durante la guerra entre Castilla y Aragón en el siglo XIV. 

Fuentes: Wikipedia
               Castillos de Alicante
               Castillos de la Comunidad Valenciana

Galería:


 






No hay comentarios:

Publicar un comentario