El Castillo de Buitrago de Lozoya, también llamado Castillo de la Beltraneja, está localizado en esta bella localidad de la Comunidad de Madrid, al lado del cauce del río Lozoya.
El
castillo está en la población formando parte
de las defensas de esta villa amurallada. En una península que forma
el rio Lozoya se encuentran las murallas y el Castillo de Buitrago,
estando rodeadas por tres de sus lados por el rio y una parte, donde
la muralla es mas fuerte, conectada con el arrabal. En este frente y
en el ángulo sureste, está el castillo.
Es
indudable el origen preromano de Buitrago. Los musulmanes lo
fortificaron sobre un asentamiento visigodo. A la repoblación de
Sepúlveda en el 940, cabe pensar en obras militares en Buitrago como
contrapartida. en 1076 en el fuero sepulvedano se alude a la tierra
de Buitrago.
Hasta
ahora no tenemos noticias directas durante trescientos años de
dominio árabe. Inmediatamente se repoblara en 1096 por el rey
Alfonso VI, siendo considerada con Uceda y Talamanca las llaves del
Jarama. Fue incluida en la diócesis de Toledo. Alejados los
musulmanes en 1134, Alfonso VII hace nueva distribución de bienes.
Cuatro años mas tarde se cita ya su castillo. Pasará a los Mendoza
con Juan I y después al Marques de Santillana, Don Iñigo López,
quien reformara el castillo convirtiéndole en palacio, pero sin
perder ninguna de sus defensas.
Allí
estuvo de niña doña Juana La Beltraneja, bajo los cuidados del
marques. Tuvo en el castillo un pozo para nieve que se guardaba allí
todo el año. Construido en 1667 paso a uso publico en 1806
continuando en buen estado hasta bien entrado el siglo XIX. Tanto la
población como el castillo y murallas sufrieron mucho durante la
Guerra de Independencia con el paso y saqueo de la tropa francesa.
Las
torres, lo más característico del castillo, están desmochadas, y
tienen seis arcos para el adarve con diferentes formas: de medio
punto y apuntado por aproximación de ladrillos. Su material es
piedra, ladrillos y sillares, con épocas diferentes en su sistema de
utilización que varían desde el siglo IX al XIX.
Encontraremos
también, en el lienzo exterior del castillo, por su cara norte,
cajas de mampuesto, muros completos de sillarejos o muros a base de
hiladas de ladrillos enmarcando a sillares. La torre sureste es de
planta pentagonal, con su barbacana, que se ha conservado por estar
una casa adosada.
De
la base del ángulo noroeste parte una coracha o muro que desciende
hasta el rio, con torre final y su puente, hoy roto bajo las aguas
del crecido rio Lozoya por las presas de Puentes Viejas. En el lienzo
sur del castillo, en la mitad y protegido por las torres de las
esquinas se abre bajo una torre cuadrada el ingreso al castillo.
Forma
el arco pasadizo en ángulo recto. es obra mudéjar a base de buen
ladrillo. En unas modernas catas se ha localizado parte de las
barbacanas o muro bajo que debió tener. El interior del castillo en
ruinas, donde se aprecia que tenia tres pisos, mas el adarve y
sótanos, es una ruina y ha sido aprovechado para plaza de toros.
De
las riquezas ornamentales que tuvo el castillo nada queda, todo se
reduce a sus potentes muros mudéjares, huecos para chimeneas,
mechinales para las vigas de los diferentes pisos, bóvedas y
escaleras de acceso al adarve y torres.
En
la actualidad, se encuentra en un estado bastante ruinoso. Muchas de
sus almenas y de sus torres están caídas. Los vanos que daban al
patio han ido desapareciendo al igual que el patio de armas,
convertido hoy en plaza de toros. Constituye un precioso conjunto
defensivo a orillas del río Lozoya.
Fuente: Castillos del Olvido
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