El Castillo de Castilnovo, también llamado Castillo de Galofré, está situado en la localidad de Villafranca, en la provincia de Segovia (Castilla-Léon).
Se encuentra situado en el Condado de Castilnovo que le debe el nombre. Su origen es árabe, siendo edificado entre los siglos XII y XV. Es de estilo mudéjar toledano,obra de alarifes árabes. Ubicado en la depresión del valle del río San Juan, entre Villafranca y Valdesaz.
El
Castillo de Castilnovo perteneció, entre otros, a Don Álvaro de
Luna, a la familia Zúñiga (antes Estúñiga), y a los Duques de
Frías. Está bien conservado y con una frondosa arboleda. Su origen
es árabe, siendo edificado entre los siglos XII y XV. Es de estilo
mudéjar toledano, obra de alarifes árabes.
Su
estado actual poco recuerda a la época califal, debido a las
múltiples modificaciones a lo largo de la historia, responsables de
la amalgama de estilos arquitectónicos que sobre la fortificación
se superponen. Es una mezcla entre fortaleza y palacio, de planta
cuadrada, en la cual destacan sus imponentes torres, tres prismáticas
y otras tres cilíndricas, que pierden reciedumbre al estar adornadas
de numerosos balcones y ventanales, algunos encuadrados con alfiz,
ajimezados, con arcos de herradura, conopiales y apuntados.
En
él se puede ver una bella mistura de piedra de sillería, con
ladrillos mudéjares y calicanto, todo ello rodeado de una densa
vegetación que cubre una buena parte del edificio. Dentro del
castillo existe un patio de armas y varias salas museo, así como una
biblioteca.
El
origen del castillo está todavía en la penumbra. Algunos
investigadores lo atribuyen a Abderraman I, quien lo fundaría en el
siglo VIII. Otros investigadores se inclinan por atribuírselo a
Almanzor en el siglo X. Lamentablemente no quedan restos de esa época
tan remota. En los siglos XII y XIII datamos los arcos apuntados del
lado Oeste del Patio de Armas. Posteriormente, se fueron adosando las
seis torres: Solana, Puerta y Vieja, y más tarde las del Moro,
Caracol y Álvaro de Luna.2 Las
últimas reformas se remontan a los siglos XIX y XX.
Alojó
a los reyes de Aragón, Fernando I y Leonor. Posteriormente Juan II
hizo entrega del mismo a su valido, Álvaro de Luna. A la muerte de
éste, Enrique IV entregó Castilnovo a Juan Pacheco. Es adquirido
posteriormente, junto con una gran extensión de terreno a su
alrededor, por Fernando el Católico, creando así el Condado de
Castilnovo para ser cedido como dote a su nieta Juliana Ángela de
Velasco y Aragón, primera condesa de Castilnovo, en 1557.
En
el siglo XVI alojó a los hijos del rey de Francia, Francisco I, como
rehenes, tras la Batalla de Pavía. En 1859 el príncipe alemán de
Hohenzollern, su propietario, se lo vendió a José Galofré,
secretario y pintor de Cámara de la reina Isabel II. Fue restaurado
en el siglo XIX.
El
castillo ha pertenecido después a los marqueses de Quintanar,
quienes lo vendieron a una asociación hispano-mexicana, llamada
Castilnovo S.A., convirtiendo éste en una gran mansión dedicada a servicios hosteleros.
Fuente: Castillos del Olvido
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