El Castillo de Belmonte de Campos es una fortaleza medieval situada en la localidad de Belmonte de Campos, en la provincia de Palencia (Castilla-León). En la actualidad se encuentra mayormente en ruinas, sobre todo en su interior.
El castillo fue reconstruido por don Juan Pacheco, marqués de Villena hacia mediados del siglo XV, sobre las ruinas de una anterior alcazaba musulmana reconquistada por os cristianos a finales del siglo XIII, que estaba casi completamente arrasada. Años después pasó sucesivamente a ser propiedad de la familia Manrique, de conde de Oñate y del marqués de Montealegre. Es probable además que la parte antigua de la fortaleza haya sido diseñada por Gómez de Isla, debido a los parecidos del castillo con sus otras construcciones como las de Fuensalida o Peñafiel.
Hacia 1880 las tierras en que se hallaba el castillo fueron adquiridas por unos vecinos del pueblo a un precio de 2.000 reales. Funcionaría entonces como palomar y también como fuente de suministro de piedras para la construcción de viviendas de la zona. En el año 2013 la lluvia y el viento contribuyeron a derribar el hastial que se encuentra junto al arco de entrada. A mediados de septiembre de 2017, el Ayuntamiento de la localidad formalizó la adquisición de la propiedad de la mitad del castillo, permitiéndole a partir de entonces tener capacidad jurídica para ejecutar obras de mejora y rehabilitación sobre el mismo.
El castillo se halla construido sobre una pequeña elevación en el terreno y según algunos autores su diseño no parecía ser muy acorde al de una fortaleza defensiva de guerra. Contiene la Torre del Homenaje aún en pie, y las ruinas de lo que sería al parecer un recinto irregular. Su planta es rectangular, de 20 metros de altura y cuenta con cuatro pisos, de los cuales el segundo y el cuarto carecen actualmente de los forjados de madera que se apoyaban sobre arcos rebajados.
Los pisos segundo y tercero están separados por una bóveda de cañón, mientras que la última planta está cubierta por una bóveda de crucería. En esta misma se conserva también un balcón renacentista sobre una gran repisa de cantería construido con posterioridad a la estructura de la torre. Exteriormente, son visibles cuatro torrecillas, o garitones, que arrancan desde el cuarto piso y contienen escaleras de caracol sin pilar central. A la izquierda de la entrada al castillo existió también un hastial con restos de una ventana enrejada, que pudo ser parte de una edificación palaciega, pero las inclemencias meteorológicas terminó por derribarlo casi por completo el 29 de Abril de 2013.
Fuente: Castillos del Olvido
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