viernes, 7 de mayo de 2021

Castillo de la Roca (La Roca del Vallés, Barcelona)

 


El Castillo de la Roca se encuentra situado en un pequeño cerro junto al río Mogent y rodeado de una espesa arboleda de la cual emerge esta impresionante construcción, desafiante al paso del tiempo, en la localidad de La Roca del Vallés, en la comarca del Vallés de la provincia de Barcelona (Cataluña). 

El origen de la población fue un antiguo asentamiento romano, denominado Castro Morino en etapas medievales. Las primeras noticias del castillo surgieron en el año 932. Se tiene constancia documentada del siglo XI sobre el castillo de La Roca del Vallés, actuando de propietario Arnau Mir por encargo del Conde de Barcelona. 

Tras unos años en su poder el Conde de Barcelona se lo entregó a Guillem de Muntanyola o de Vacarisses (que fue el primer señor de Montcada). A la muerte de éste, el castillo pasó a posesión de su hijo Renard Guillem de Sarroca y de su hermano Bernat. A principios del siglo XV Pere Arnau Marques vende la señoría a Ramón de Torrelles quien se encarga de restaurarlo, aunque restando importancia al aspecto defensivo, y mantenerlo en buen estado hasta el siglo XVIII en que pasa a manos de los Sentmenat. 

Tras varios nuevos nuevos poseedores del castillo pasa a manos de la familia Alomar quien lo conserva hasta que llega a manos de su propietario actual D. Antoni Rivière el cual lo restaura de nuevo volviendo a adquirir el señorío que tuvo antiguamente. Durante la Guerra de Castilla, la fortaleza albergó a los seguidores de la reina Juana Enríquez, dejándolo en ruinas. Jugó un papel importante en la guerra de Secesión catalana. 

El edificio posee planta poligonal. Como en la mayoría de estos edificios, los elementos defensivos más destacados son las torres. Una de estas torres es de forma circular y su origen se remonta a etapas anteriores a la construcción del castillo. La enorme torre del homenaje y el remate en almenas en la mayor parte del edificio completan sus defensas. 

La Torre del Homenaje se sitúa en uno de los ángulos del edificio. Su planta tiene forma rectangular y adquiere una gran altura. Su cornisa está rematada en almenas de forma cuadrangular. A lo largo de sus muros, se abren pequeños vanos y ventanales; estos últimos son de etapas posteriores. Todo ello da al edificio un aspecto férreo y compacto. 

Uno de los aspectos que más destacan en el edificio es su fachada. Ésta se compone de un cubo de forma rectangular anexionado al edificio. Esta estructura cúbica posee cuatro niveles de los que destaca el tercero por el ventanal que rompe con la monotonía de su fachada. Los grandes ventanales de clara factura gótica proliferan a lo largo del edificio. 

Tinell es el nombre que se le da a la sala mayor de la fortaleza. Es una de las partes más destacadas del edificio. Posee forma alargada y varios accesos de forma adintelada. También destacan sus grandes ventanas y sus arcos góticos, hechos en piedra, que sostienen un techo realizado a dos aguas. 

El castillo está realizado en piedra. Destacan dos técnicas constructivas: el sillarejo y el sillar. El sillarejo, que consiste en labrar la piedra toscamente, se utiliza a lo largo de todo el edificio a excepción de los ángulos y los vanos, donde se utiliza el sillar. El sillar es la técnica en la que se talla por completo la piedra. 

El Castillo de la Roca se mantiene, hoy en día, en perfecto estado de conservación. Esto ha sido gracias a uno de sus muchos dueños, Don Antonio Riviere i Manen, quien se enfrentó a las tareas de restauración. En la actualidad, es un museo que muestra las distintas etapas históricas por las que ha pasado la fortaleza. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net

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