El Castillo de Berga, también llamado Castillo de Sant Ferrán, se encuentra situado en la localidad de Berga, en la comarca del Berguedá de la provincia de Barcelona (Cataluña).
Los
restos actuales del castillo pertenecen a los siglos XVII y XVIII.
Con mucha probabilidad, el castillo de Berga se encuentra edificado
sobre lo que los cronistas romanos del siglo II a.C. llamaron
”castrum
vergium”:
una construcción defensiva de los íberos de la zona. Bajo el amparo
de esta edificación militar crece lo que con el tiempo llegaría a
ser la ciudad de Berga y, recíprocamente, con el crecimiento de la
ciudad también lo hizo el castillo en dimensiones e importancia.
Documentado
en el año 1095, en el año 1190 pertenecía de los señores de
Berga. A lo largo de este siglo y del siglo XIII se amplió
considerablemente y durante el siglo XIV sus murallas se conectaron
con las de la villa de Berga a la vez que se construía una nueva
iglesia gótica que fue destruida en el siglo XVII. Durante toda la
época moderna fue escenario de conflictos y asaltos y hubo que
reconstruirlo de nuevo en el siglo XVIII y otra vez en el siglo XIX,
al convertirse Berga en escenario de las Guerras Carlistas.
A
finales de este mismo siglo el ejército español lo cedió al
ayuntamiento y éste lo vendió en 1928 a unos particulares. En 1940
se convirtió en zona residencial y se construyó un hotel,
transformando el esquema inicial de la fortificación. En 1988 fue
adquirido por el consejo comarcal del Berguedá que la transformó en
su sede. Ahora se llama Castillo de San Fernando.
Se
trata de un castillo medieval situado sobre el casco antiguo de la
actual ciudad de Berga, sobre una colina defendido de forma natural
por un arroyo en el norte y un desnivel pronunciado en el sur. En un
documento conservado del siglo XVIII se critica el mal estado del
castillo y se le califica de ruinoso e inadecuado para la defensa de
la población. En 1928 fue vendido a un empresario particular, en ese
momento aún conservaba toda la estructura y las principales
edificaciones. En 1940 fue destruida en gran parte su estructura
arquitectónica original, al querer convertir la zona y la
edificación en un centro turístico.
En
la actualidad solo quedan unos trozos de muro de 9 metros de
longitud, 2 de altura y 0,5 cm. de espesor, en uno de los puntos más
elevados de la fortaleza, en el lugar llamado Bonete: se trata de
muros caracterizados por un aparato constructivo bastante irregular
formado por piedras poco trabajadas a excepción de las cantoneras,
donde se conservan unos sillares. Algunos obreros que trabajaron en
la remodelación recuerdan la existencia de tumbas en el lugar donde
actualmente se encuentra la piscina. El paramento es de una base de
piedras de diversas medidas dispuestas en hiladas y unidas con
mortero.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Cataluña Medieval
Luis Puey (Fotos)
Galería:
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