El Castillo de Piera se encuentra situado en la localidad del mismo nombre de la provincia de Barcelona (Cataluña).
Está
documentado desde el año 955, y ocupó el lugar de un poblado
ibérico. Algunos historiadores le suponen un origen romano, hecho no
probado documentalmente. El nombre deriva del latín Apiaria.
Desde el 963 al 1010 perteneció al Monasterio de San Cugat del Vallés. Pasó al vizcondado de Barcelona y, en 1030, Udalard, que lo había
recibido de su padre, el vizconde Guitard, lo vendió a su mujer
Riquilda. El 1063 es propiedad de Ramon Berenguer I y también lo
poseyeron sus sucesores de la Ciudad Condal, como señores
jurisdiccionales de la villa y término de Piera.
Alfonso V de Aragón el
Magnánimo,
en 1431, hizo venta de la baronía de Piera (pero conservó el
castillo, que no salió nunca de manos de la monarquía) al Monasterio de Pedralbes,
con la jurisdicción alta y baja, civil y criminal y el mero y mixto
imperio. La primera abadesa y baronesa de Piera fue Elisenda de Moncada,
fundadora de la comunidad de las monjas clarisas, que murió en 1447.
En marzo de de 1461, Juana Enríquez,
mujer de Juan II de Aragón
se
refugió en el castillo de Piera. El monasterio de Pedralbes perdió
temporalmente el dominio de Piera y la comunidad de religiosas fue
castigada por haber proporcionado recursos a los consejeros
barceloneses y, por este motivo, el rey Juan II dio a Pere Daura, en
tiempos de la guerra, la baronía de Piera.
Con
la abolición de los señoríos y por un acuerdo municipal de 1822,
la villa de Piera recuperó la sigilografía más antigua. Para
aliviar la tributación tradicional, una sentencia judicial de 1759
dictó una reducción y se acordó que el monasterio de Pedralbes
debería recibir cada año por Navidad unas prebendas.
En
el año 1916 Ramón de Viala y de Ayguavives, Barón de Almenar, dejó
terminada una restauración magnífica. Aún hoy en día se conserva
una placa que conmemora la restauración. Más adelante pasó a
manos, sucesivamente, de Pedro Hornos y Caralt, de Juana Gener y de
Just Oliveres i Llopart, que lo fue hasta fines del siglo XX. Sus
propietarios actuales, la familia Oliveras Sastre-Marqués.
El
edificio que se ha conservado hasta la actualidad incluye una torre
de planta cuadrada (reconstruida en el año 1916) con un cuerpo
rectangular adosado que se estructura en tres niveles: la sala de
armas y la casa del masovero, la planta noble y la buhardilla. A
pesar de algunos añadidos y reformas, la parte que se puede visitar
conserva los rasgos originales. Del resto del recinto, se conservan
algunos tramos de muralla, y es probable que englobara la iglesia
originaria de Santa María.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Ricard Ballo (Fotos)
Galería:
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