viernes, 7 de febrero de 2020

Castillo de Uclés (Cuenca)


El Castillo de Uclés se alza sobre un cerro alargado en la zona más alta de la población de Uclés, en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha). 

Este castillo, construido a principios del siglo X, fue una importante fortaleza musulmana. En el año 1157 pasó a manos de Alfonso VII, posteriormente a la Orden de San Juan y luego a la de Santiago. En el año 1528, el castillo fue destruido y se construyó el monasterio de estilo herreriano. En el siglo XIX, con la desamortización de Mendizábal, la orden tuvo que abandonar el edificio. Esta zona es una mezcla de las culturas musulmana y judía, como lo demuestran los restos históricos que aún quedan. Los judíos fueron expulsados por los Reyes Católicos en 1492 y los árabes fueron aislados en 1502, y Uclés se convirtió en una fusión de culturas defendidas tras los muros del castillo. 

De la estructura primitiva de esta fortaleza quedan tres torres con un muro que las une y la muralla en zig-zag. Como elementos defensivos de la fortaleza destacan la Torre del Homenaje y la Torre de Plata. Una de ellas es albarrana, elemento defensivo árabe que consiste en separarla del edificio y unirla a él por medio de un pequeño puente. Ambas torres son de planta cuadrada, pero carecen de remate en almenas. La una se une con la otra por medio de un muro. Una de ellas consta de cinco plantas y de ella partía la muralla árabe. 

Otra nota significativa de la fortaleza es su muralla en forma de zig-zag, o con aspecto de cremallera. Este sistema servía para dotar al edificio de una amplia visibilidad sorteando las torres y los ángulos que limitaban la visión, haciendo muy difícil el acceso al recinto. Este sistema no aparece en las fortificaciones de otras zonas. Su ubicación en un montículo elevado es también una característica defensiva, pues dificultaba el ataque. 

El material utilizado en su construcción fue la piedra escasa o nulamente labrada, como es costumbre en la mayoría de estos edificios. Para la construcción de la muralla se utilizó piedra de Segóbriga, ciudad de origen romano. La piedra de la muralla está trabajada en sillería. Los materiales se extraían de lugares cercanos a la propia construcción. 

De la antigua fortaleza musulmana, el “castillo viejo”, sólo quedan las torres y la muralla. El resto es obra posterior a la Orden de Santiago, orden a la que perteneció hasta la desamortización de Mendizábal. Su restauración se centra en las zonas que más daño han sufrido. El “castillo nuevo” se encuentra hacia el sur, en el extremos del cerro. Consta de una Torre de Homenaje, a cuyos pies se abría un recinto cuadrado articulado por una barrera y un patio central. La barrera disponía de un cubo de planta circular con troneras de palo y orbe para artillería. Posiblemente este corresponda a la Torre Blanca de la documentación. El Libro de Visitas arriba citado alude a la Torre Vieja del Homenaje – que estaría en el castillo que ocupa hoy el Monasterio – y la Torre de Homenaje Principal que interpretamos como referida a la existente en este “castillo nuevo”. 

Además informa que su obra la realizan Juan Pacheco y Alonso de Cárdenas, lo cual se sitúa documental y formalmente en la segunda mitad del siglo XV. No obstante, la lectura de la cara sur de la Torre de Homenaje detecta también unidades estratigráficas murarias de entidad en el siglo XVI. 

Este castillo se conecta con una cortina que integra seis tramos y cinco cubos rectangulares, aparejados en mampostería también con llagueado animado de escorias; técnica constructiva, que como hemos visto, tiene gran pervivencia en el tiempo. La fabrica de este elemento apoya sobre la Torre de Homenaje del “castillo nuevo”, lo cual indica que también fue ejecutado por las mismas fechas. Los elementos turriformes de esta cortina parecen ya anticuados para la centuria del 1400. Estos miran hacia el interior dela población; hecho nada extraño para una centuria en que la violencia antiseñorial estaba muy extendida. La cortina remata en norte en un baluarte que fue construido también por Alonso Cárdenas, y conectaría con el “castillo viejo” mediante un puente levadizo. Nuevamente por el Libro de Visitas de 1494, sabemos que esta cortina se debe también a este último personaje. 

El castillo viejo de la Orden de Santiago, tiene su origen en la alcazaba islámica, pues consta que Alfonso VIII entrega “villa y castillo” en el aludido año de 1174. Sobre esta edificaron una fortaleza que en el siglo XV. Constaba de Patio de Armas, Torre del Pontido, Torre Palomar, Torre Albarrana, Torre Blanca ,Torre de la Plata y el Puente levadizo, junto a las correspondientes bodegas, almacenes y salas. La mayor parte del edificio se encuentra hoy bajo el actual Monasterio; uno de los paramentos salió a la luz en una reciente excavación arqueológica a la altura de ábside de la iglesia. Hoy en pie quedan las denominadas Torre Albarrana, la Torre Palomar y parte de restos de lienzos que cerrarían el castillo por el sur. 

Por fotografías cotejadas antes de su restauración, sabemos que dichos lienzos aparejaban una mampostería de calizas concertada similar, a la existente en la Albacara. Ello nos lleva a datar el castillo santiaguista en la segunda mitad del siglo XII. Las torres existentes presentan diversa momentos de reforma, que debido al intenso rejuntado de las obras recientes, no podemos precisarlos. No obstante, el libro de visitas de 1494 alude a reformas de la la segunda mitad del siglo XV por parte del Maestre Alonso de Cárdenas. 

La propiedad de este castillo-convento está compartida entre Ayuntamiento de Uclés y la Iglesia Católica, y su uso es, por una parte turístico, y por otra seminario y colegio.

Fuente: Castillos del Olvido

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