martes, 18 de febrero de 2020

Castillo de Villel de Mesa (Guadalajara)


El Castillo de Villel de Mesa, llamado también Castillo de los Funes, se encuentra situado en la población del mismo nombre en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha). 

El origen de este castillo no está del todo claro, pero parece ser que la fortaleza inicial fue obra de los musulmanes y posteriormente ampliada por los cristianos. Históricamente, el empinado peñón en que se alza, y su papel como vigilante del valle, justifican que sus constructores árabes lo hicieran de tapial y no de tabiya, ya que en los siglos X y XI resultaría innacesible para la maquinaria de asalto. 

Situado sobre el valle del río Mesa, vía capital en la comunicación del Señorío de Molina y el reino frontero de Aragón, se levantaron en la Edad Media varios fuertes castillos, de los que solo resta el magnífico de Villel de Mesa. 

Aunque esta fortaleza fue de simple apoyo a la más grande de Mesa, río arriba situada, en él se dieron batallas importantes durante la Edad Media; perteneció por temporadas a Castilla y a Aragón: primero estuvo en los primitivos límites del Señorío de Molina, pero más tarde pasó a la familia de los Funes, quedando con ellos por el rey de Aragón. En el siglo XV, uno de los señores de esta familia, Sánchez de Funes, hizo pacto con el castellano Enrique IV, quedando el alto valle del Mesa por Castilla, y en esta demarcación hoy prosigue, aunque geográficamente es comarca, sin duda, aragonesa. 

También fueron importantes en este valle los castillos de Algar, Mochales (sobre un gran peñón rocoso junto al pueblo) y Mesa, este último puesto sobre el elevado cantil de la margen derecha del río, a medio camino entre los lugares de Villel y Algar, habiendo venido al suelo en tiempos de los Reyes Católicos, y quedando hoy tan solo restos de su foso y muros. 

Se trata de un ejemplo fiel de castillo roquero, de estructura sencilla pero silueta sobrecogedora, que se adapta totalmente al roquedal que le sirve de base, debatiéndose en constante equilibrio sobe el espinazo rocoso que sobresale entre el caserío. Su planta rectangular queda conformada por sus muros, que caen cortados en vertical sobre la roca del alargado peñón sobre el que se asienta, y que encierran un patio de armas central con una torre a cada lado. La gran torre situada al norte es el punto fuerte del bastión, la zona de residencia y el punto de acceso. Tiene tres plantas de una única habitación, podemos observar un añadido, de sillares, realizado en época gótica. En el patio de armas encontramos un aljibe. La torre sur tiene dos plantas, y una poterna que permite acceder a la plataforma rocosa. 

Esta construido con tapial, sillarejo y adobe, estando forrado de buen sillar la Torre del Homenaje. Dos elementos hacen interesante esta fortaleza. Uno, su disposición, que forman dos torres unidas por un muro, que no pasó a castillo sino cuando hubo de ser apoyo de la fortaleza de Mesa. Y dos, la técnica de la tabiya con que lo erigieron sus constructores árabes: formando sus muros a base un hormigón de cal y piedra, que se encofraba entre tablas, dejándose secar.

Fuente: Castillos del Olvido

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