El Castillo de Torralba, también conocido como Torre Alba, se encuentra situado en una colina cercana a la población de Torralba, en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha).
Los datos más antiguos que tenemos datan del tiempo de los romanos, quedando ruinas de la via secundaria que unía Carthago Nova con Complutum (Alcalá de Henares). Las tierras de Torralba debieron ser conquistadas bastante antes que la propia ciudad de Cuenca, que lo fue en el año 1177. Esto hace pensar que, en su origen, debió depender en cierta medida de la Orden de Santiago o del Concejo de Guadalajara, y muy probablemente sus gentes acompañaron al rey Alfonso VIII de Castilla en la toma de la capital conquense.
Por cédula del año 1311, el rey Fernando IV de León y Castilla ordenó que Torralba se sometiese al Concejo de Cuenca, y fue designada como cabeza de un extenso territorio que incluía muchas de las villas circundantes a ella. Sin embargo, pese a permanecer como cabeza de la zona, el Concejo de Torralba pasó muy pronto a ser tierra de señorío, al otorgar privilegio por el rey Enrique II de Castilla en abril de 1370 a Don Alvar García de Albornoz, germano del cardenal Gil de Albornoz. concediéndole las villas de Torralba y Tragacete con sus castillos, vasallos y términos.
Posteriormente, la historia de Torralba estará ligada a la de sus señores, dueños de un castillo del que hoy tan sólo quedan unas ruinas. Don Sebastián de Miñano dedica al rey Fernando VII en el año 1828 un libro en el que habla del castillo de Torralba y en el que comenta que debió arronarse durante la invasión francesa, y se refleja que en el otoño del año 1808 el entonces mariscal marqués de Lacy, oriundo de Elda (Alicante), persiguió a los franceses por tierras de Torija, Budia y Torralba hasta la misma ciudad de Cuenca.
Durante las guerras carlistas, las comarcas alcarreñas permanecieron leales a don Carlos V, y Torralba no debió ser una excepción. Por sus tierras pasó el liberal general Espartero hasta Valencia para intentar dar caza a las tropas del rey.
El castillo da nombre a la población y el cerro donde se asienta está horadado por más de 200 cuevas-bodega, tan típicas en toda la comarca. Parte de las mismas forman un sistema que debió funcionar como el antiguo aljibe del castillo. La edificación, antes de su restauración, eran los restos de una torre, que probablemente sería la Torre del Homenaje, o Torre Blanca, que a su alrededor aun conservaba a mediados del siglo XX algunos restos de los lienzos de la muralla que lo circundaba, aunque no disponía restos de la puerta de acceso ni resto alguno de alguna otra torre perteneciente a sus murallas.
Dado su estado de casi ruina, en la primera década del siglo XXI, la Diputación Provincial emprendió las obras de rehabilitación y consolidación de los restos casi derrumbados de la torre, para lo cual se levantaron dos contrafuertes para sostener el paramento de la torre que aún estaba en pie. El resultado, aunque no del todo satisfactorio, el menos ha servido para consolidar lo poco que quedaba de esta fortaleza de origen árabe.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
castillosricsol.es
El Arte en Cuenca
Galería:
No hay comentarios:
Publicar un comentario