Los escasos restos del Castillo de Almalaff se encuentran localizados en el término municipal de la localidad de Hortezuela de Océn en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha).
Llamado
así según lo nombraba el Fuero de Molina en el siglo XII, al que
hubo sobre un empinado cerro frente al pueblo de la Hortezuela de
Océn. Domina el valle ancho de un arroyo que corre hacia el Tajuña,
y se accede a él por buen camino que llega hasta el Santuario de
Santa María de Almaláff.
Fue
mandado construir por don Manrique de Lara, primer señor de Molina,
como defensa de la frontera del señorío en esta zona oriental. Hoy
no queda más que un enorme paredón, con los vanos de sus antiguos
ventanales. En equilibro inestable pero con sujeciones firmes, no se
caerá así como así. El Castillo de Almalaff permitía la
vigilancia del camino que se abría por el valle del río Lamadre. Se
levantó sobre el antiguo poblado de Santa María de Almalaff, de
origen celtibérico.
Era
una construcción de época musulmana que consistía en una torre
vigía levantada con piedra sillarejo rodeada, probablemente, por un
pequeño muro que hacía las funciones de barbacana.
Queda
tan solo el paredón de la torre donde se encontraba la puerta de
arco y una pequeña ventana y algunas piedras caídas alrededor.
Fuente: Castillos del Olvido
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