jueves, 27 de febrero de 2020

Castillo de Villalba (Cebolla, Toledo)


El Castillo de Villalba es un castillo completamente en ruinas, cuyas partes más antiguas conservadas corresponden a los siglos XI y XII, que se encuentra en las cercanías de la localidad de Cebolla, en la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha). 

Fue construido por los musulmanes, probablemente entre los siglos XI y XII, sobre los restos de una fortaleza romana erigida para controlar y defender el paso de la calzada romana que unía Toletum (Toledo) con Emerita Augusta (Mérida) por la orilla izquierda del río Tajo. 

El castillo fue edificado posiblemente sobre una antigua fortaleza romana, para ser posteriormente objeto de reacondicionamiento en la época de dominio del Califato de Córdoba, con importantes reformas tras su conquista por la Orden del Temple. 

Más tarde pasó a manos privadas, perteneciendo a diferentes familias nobles, siendo hoy propiedad de los condes de Deleytosa, aunque su estado es de total ruina. Acerca de este enclave tan sólo podemos argumentar que su estratégica situación, en lo alto de un cerro desde el que se divisa la amplia vega del Tajo y junto a una encrucijada de caminos, ofrece condiciones idóneas para el establecimiento de un puesto fortificado que controle el territorio. 

Al pie del cerro pasaba una calzada romana, la vía de Antonino Pío, lo que justifica la posibilidad de al menos una “mansio”. En su mismo emplazamiento se registraron materiales romanos, aunque la obra militar en su mayoría se construye en época islámica, y posteriormente alguna reforma bajo la propiedad de la Orden del Temple. 

Se ha pretendido identificar con el castillo de Bolobras que aparece en un privilegio de Alfonso VII de 1142: “...Dono uobis et castellum de Bolobras cum omnibus aldeis et terminis et riuo Tagi et Pusam et totam terram et ualles…”. 

Su planta es de forma casi rectangular, y tenía una barrera exterior de la que pueden verse algunos restos en uno de sus lados. No tiene torre del homenaje pero sí torres rectangulares en cada una de sus cuatro esquinas, de las que hoy día sólo se mantiene en pie la de la esquina izquierda de la fachada principal. 

También tiene torres rectangulares en el centro de tres de sus lados. En la fachada principal se encuentra la puerta de acceso, con arcos de medio punto, que está protegida por sendas torres cuadradas situadas a ambos lados de la misma. Carece de matacanes, voladizos o fosos, y su interior se encuentra totalmente destruido. Sus muros fueron construidos con cantos rodados unidos mediante una fuerte argamasa de cal. 

Fuente: Castillos del Olvido

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