jueves, 20 de febrero de 2020

Castillo de Virtus (Burgos)


El Castillo de Virtus, también llamado Castillo de Los Porres, se encuentra situado en la localidad de Virtus, en la provincia de Burgos (Castilla-León). 

El castillo fue construido en el siglo XIV, y reformado en el siglo XVI. El tratadista Edgard Cooper vio en la fortaleza de Vertus los signos que caracterizan el arquetipo de los castillos del nordeste de Castilla: “Un torreón rodeado de adosados dentro de un recinto amurallado de planta cuadrangular, todo ello de sillería de buena calidad”. Situado sobre un pequeño altozano un tanto accidentado por dos de sus lados se alza el edificio regularmente conser­vado. Consta de dos recintos, de los que el más externo tiene su entrada por el sureste, cuya puerta posee arco carpanel.

Traspasada ésta puede verse a la izquierda un compartimento cubierto de viguería excelentemente tra­bajada. Una escalera adosada a la pared conduce al cubo mayor de la barbacana que sirve de capilla, cuya bóveda de nervadura gótica sostiene un tejado cónico apoyado exteriormente en moldura típicamente renacentista per­fectamente tallada. 

En dos de las otras esquinas tiene cu­bos iguales entre sí, aunque no en la del oeste, en donde pudo haberlo, pero del que no queda nada. El terreno es más accidentado en este punto, por lo que se derrumbó un trozo de paramento hace años. En el centro del edificio se alza la torre, casi exacta­mente cuadrada, esbelta, con cuatro cubos macizos en las esquinas, que en su arranque y hasta unos tres metros de altura son aproximadamente el doble de gruesos que arriba. En su remate superior vuelven a ensancharse apoyadas en doble modillón. 

El contraste entre el airoso cuerpo central y el muro muy apaisado que le rodea es evidente. La entrada, frente a la del exterior, está prote­gida por saeteras. Es de arco ojival. Sobre ella, a cierta altura y un tanto asimétrica, se abre una ventana geminada, cuyos arquillos están tallados en un único sillar con reborde superior para protegerla de la lluvia bajo el que destaca un escudito con las cinco flores de lis de Los Po­rras. En el lienzo de suroeste la distribución de los vanos es muy parecida, siendo en los otros dos más escasos. In­teriormente son todos de arco rebajado. La torre poseyó tres pisos y entresuelo. 

Los pueblos del valle en el siglo XIV pertenecían a la Merindad de Aguilar de Campoo y a la de Castilla la Vieja. Hacia el siglo XVII el dominio de Valdebezana era motivo de disputa entre el señorío de Virtus, de la familia de  Los Porras y el marquesado de Valdebazana de la familia de Los Velasco. En el castillo de Los Porras, en Virtus, se han producido constantes batallas por la conquista de los territorios. Es de propiedad particular, y se emplea como vivienda y explotación agropecuaria. 

Virtus aparece ya en 1193 con el nombre de "Bertus". El pueblecito se halla cercano a Soncillo, emplazado en lugar un tanto excéntrico. En opinión de Sentenach, la extraña denominación de Virtus se debería al hecho de ser sucesor de una colonia romana (Virtus Julia), que su­pone defendida por una fortaleza basándose en que al pie del castillo se hallaron monedas y cerámica romanas, cosa esta última no del todo segura. Formó esta torre el centro del mayorazgo fundado en 1376 y aunque no citada como tal, parece darse a enten­der. Si el muy dudoso documento de Juan de Lara fuera auténtico ya estaría levantada en 1330, año en que se supone la vendió junto con el término redondo que le cerca. 

Hasta hace unos años tuvo unos metros más de altu­ra, como puede apreciarse en fotografías antiguas. Como el frente de la última guerra civil estuvo por es­tas tierras, tanto las casas particulares como la torre su­frieron sus consecuencias. Un cañonazo destruyó el cubo del norte. Los demás hubo que rebajarlos, ya que amenazaban ruina. La barbacana es de época posterior al cuerpo central, como lo demuestran ciertos detalles del tejado de la capi­lla y las molduras de las ventanas, todas ellas adintela­das. Los lienzos y sus tres cubos poseen troneras hori­zontales adaptadas al uso de fuego, o sea más abiertas al exterior. Todo hace pensar en una ampliación llevada a cabo en los primeros años del siglo XVI. La parte superior de la torre fue levantada al mismo tiempo que la barba­cana, pues presentan las mismas características: cornisa que corría bajo el alero, troneras, sillería, etc. 

Mientras que la torre es de regular sillarejo, la barba­cana presenta perfecta sillería bien trabada. Parece deducirse de los documentos que este castillo estuvo más asiduamente habitado que el de Cidad. Tam­bién aquí hubo archivo guardado en un arca de nogal y en un cofre “herrado con barras con su cerradura”. Hoy día no tiene cubierta excepto al suroeste, entre la barbacana y la torre, vivienda del dueño. Éste, por cierto, pretende adaptarla a Parador, pero el proyecto parece difícil, entre otras cosas por encontrarse muy apartado de la carretera general.

Fuente: Castillos del Olvido

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