El Castillo de Riba de Santiuste, también llamado Castillo de San Justo, está situado en las cercanías de la localidad de Sigüenza en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha).
Fue
construido en el siglo IX en época andalusí con el fin de defender
la zona de la conquista castellana y sufrió una ampliación y
reconstrucción a finales del siglo XII de parte del obispado de
Sigüenza.
Se
encuentra situado en lo alto de un agudo peñón que domina Riba de
Santiuste y el valle del río Salado. Por tanto, se encuentra en un
emplazamiento estratégico que alcanzan extensos panoramas, a la
imagen de otros castillos del mismo área como los de Atienza,
Jadraque, Molina, Palazuelos, Peña Bermeja o Anguix.
Se
trata de una fortaleza andalusí de tipo fronterizo construido con
sillarejo y, pese a lo deteriorado de su estado y a no ser tan
monumental como otras de la zona, su valor histórico-artístico
reside en ser un excelente vestigio de la Edad Media feudal y cuyos
muros han sido escenario de importantes acontecimientos históricos.
Tiene
el aspecto recio y severo de todas las fortalezas altomedievales, con
el refuerzo y añadido posterior de finales del siglo XII y
principios del siglo XIII. El primer recinto amurallado sigue los
accidentes del terreno con una planta alargada en cuyos extremos
aparecen torreones de refuerzo. Estas primeras murallas son altas y
están almenadas e intercalan a trechos otros torreones menores. Su
acceso está en el flanco norte a través de un camino que escolta la
muralla.
Su
ámbito interior tiene unas medidas aproximadas de 90 x 12 metros e
incluye dos aljibes, tres grandes compartimentos independientes y las
líneas divisorias de algunas pequeñas habitaciones dispuestas en
dos cuerpos. El cuerpo del extremo sur, mirando al pueblo, tiene un
patio cerrado por muros almenados que arrancando de la torre bajan en
suave pendiente formando un espacio trapezoidal con dos torres
gemelas en las esquinas entre las que corre una pared de cierre. Esta
obra avanzada constituía un serio obstáculo para llegar a la
fortaleza en el caso de ser atacada, y servía además para vigilar
la pendiente.
El
otro tramo se extiende desde la torre norte hasta que se inicia la
fuerte pendiente del peñón. Circunscribe un espacio triangular muy
alargado y termina en un torreón de planta pentagonal en forma de
espolón. Fue construido en el siglo IX y formaba un sistema de
fortificación junto a otra atalaya situada en el cerrillo de la
Horca, al noreste.
La
sierra Ministra ha sido lugar constante durante la Alta Edad Media de
batallas entre los distintos reinos taifas y entre éstos y el reinos
cristianos del norte de la península. En 917, las tropas de Ordoño
II de León realizaron incursiones contra las tropas andalusíes en
Castromoros, que obligaron a muchos de sus habitantes a refugiarse en
el castillo de Riba de Santiuste, como en otros cercanos a Sigüenza.
En
1085 la zona fue conquistada por las tropas de Alfonso VI de Castilla
y en 1129 Alfonso VII de Castilla donó las fortificaciones y el
pueblo al obispado de Sigüenza, que estaba encabezado por Bernardo
de Agén, que financió la reconstrucción y ampliación del
castillo. En 1451 las tropas del infante Juan de Navarra toman, entre
otras fortalezas de la zona, el castillo de Riba de Santiuste, que
utilizaron como cuartel para ostigar a la ciudad de Sigüenza. En
agosto de 1452 las tropas del obispo Fernando de Luján, enviadas por
el deán Diego López de Madrid, reconquistaron el castillo de Riba
de Santiuste.
El
castillo fue destruido en 1811 durante la guerra del Francés, al
igual que el de Atienza. En 1973 fue subastado por el Estado y
comprado por un particular, propietario también de los castillos de
Galve de Sorbe y de Malqueospese. Desde entonces fue usado por la
organización Nueva Acrópolis como lugar de realización de sus
actividades hasta que sufrió un incendio y quedó cerrado y
prácticamente abandonado.
Fuente: Castillos del Olvido
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