El Castillo de San Servando está situado en la misma ciudad de Toledo, capital de la Comunidad de Castilla-La Mancha.
Ubicado
junto a la ribera del río Tajo y a la Academia de Infantería, se
inició su construcción como monasterio en 1088 en tiempos en que
reinaba Alfonso VI. Después se convirtió en alcázar debido a la
amenaza del reino cristiano y a las posibles entradas de los
musulmanes por el puente de Alcántara. Con la total expulsión de
los musulmanes de la Península Ibérica, la fortaleza fue perdiendo
paulatinamente su función de defensa quedando relegada al olvido.
El
castillo es una de las mejores obras de arquitectura militar mudéjar
de España. Fue utilizada en diferentes épocas para defender la
confluencia de caminos que accedían al puente y como fortaleza de
defensa militar de la ciudad, por lo que fue objeto de numerosos
destrozos Fue erigido primitivamente en el siglo XI por Alfonso VI,
quien lo entregó a los templarios.
Se
cree que en él veló las armas El Cid antes de su reconciliación
con el rey. Luego pasó a ser ocupado por los frailes de Santiago
hasta la extinción de la orden, quedando desde entonces abandonado,
hasta que fue mandado reconstruir por el conocido arzobispo don Pedro
Tenorio en 1386.
San
Servando es una fortaleza del siglo XIV construida hacia el año 1380
por orden del obispo Tenorio sobre un castillo anterior de origen
musulmán, de mayor tamaño y de la que aún quedan los cimientos,
que a su vez fue construida sobre una iglesia visigoda y esta sobre
otra fortaleza anterior romana, como lo testimonian los restos de su
argamasa.
En
efecto, los restos de argamasa romana que se divisan en la subida al
castillo (origen de la calzada romana a Oretum, luego camino de
Toledo a la Córdoba musulmana) indican la existencia de una
fortaleza, protección eficaz de Alcántara y cabeza de puente para
dominar la orilla izquierda del río. Quedaban visibles también,
hasta hace pocos años en que se han cubierto de tierra, los
cimientos de la fortaleza musulmana, con torres rectangulares y mucho
mayor que la actual.
El
castillo, propiedad real con el objeto de defender la ciudad de
Toledo desde la orilla izquierda del río, se hundió su interior al
perder su utilidad militar, cayendo también el muro hacia Toledo, el
más débil sin duda. Destinado a almacén de pólvora en 1857, se
ofreció su venta por 3.000 ptas. en 1873, pero fue declarado
monumento al año siguiente, entregándose a la Comisión de
Monumentos que, falta de medios, lo arrendaba para corral y efectuó
someras excavaciones en el recinto.
Desde
el castillo se puede divisar una vista panorámica de la ciudad de
Toledo y del Tajo, el río que la bordea, en lo que era la ciudadela
medieval.
Fuente: Castillos del Olvido
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