Los restos del Castillo de Ocentejo, construido hacia el año 1200 y destruido parcialmente en 1810 durante la Guerra de la Independencia, se adaptan al pequeño cerro donde se asienta, en las cercanías de la población del mismo nombre en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha).
Durante
la Edad Media debió ser ocupado de moros, y tras la reconquista de
la zona, cuando toda la serranía conquense fue definitivamente
recobrada por Alfonso VIII, este lugar quedó incluido en el Común
de Villa y Tierra de Medinaceli, que por estos lugares llegaba hasta
el Tajo. Posteriormente, en el siglo XIV, fue entregado este enclave
a la familia conquense de los Carrillo de Albornoz en la cual
permaneció largos siglos. Ocentejo tuvo, desde entonces, el título
de Villa.
Aquí
estuvo refugiada, una temporada, durante la Guerra de la
Independencia, la Junta Provincial de Guadalajara, y los franceses
que castigaban duramente la zona, en la que actuaba el Empecinado,
volaron el puente y éste aprendiz de castillejo.
El
castillo, a cuyos pies tiene el camposanto de esta pequeña
localidad, se asienta en una pequeña, aguda y altiva roca que
preside el pueblo. Levantado quizás en antigüedad remota, fue
fortificado por sus señores, los Carrillo de Albornoz, y construido
de fuerte argamasa y sillarejo, no pasando nunca de simple torreón
de vigilancia. Es de planta ovalada de 25 x 3 ms., tuvo dos torres,
un aljibe y escaleras para acceder al mismo.
Fuentes: Castillos del Olvido
Wikipedia
castillos.net
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