Los escasos restos del Castillo de Huélamo se encuentran situados en un alto cerro que domina la población del mismo nombre, en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha).
El
origen de esta población se pierde en los albores de nuestra
civilización, estamos en una zona de frontera, una vía de
comunicación que desde los albores de la humanidad ha conectado la
Sierra
de Albarracín
con
la Serranía
de Cuenca. Muestra
de ello, es que en esta zona encontramos algunos de los poblamientos
más antiguos de toda la provincia.
Sabemos
que seguramente Huélamo
viene
del árabe Hisn
Wada Olmu,
que vendría a significar “castillo
del río de los álamos”.
En
época musulmana, será la dinastía de los Beni
Dilnum los
que controlaron este territorio al cual denominaran Santavería.
Ya es a principios del siglo X (908) que Yamya,
primogénito de Musa, se
confirma como señor
de
Walmo,
actual Huélamo.
En
esa época la fortaleza de Huélamo era de vital importancia, pues
junto a Úcles y Huete era parte del sistema defensivo árabe El
castillo
defendía
un paso con un gran valor militar, pues por ahí pasa el Barranco
del Judío,
que es parte del camino
de Albarracín, y
era uno de los pasos naturales de las huestes cristianas en una
posible invasión de las tierras árabes.
En
esa época, Huélamo estaba gobernado por un reyezuelo llamado Abe
Hayyan descrito en las crónicas de la época como “un tipo
valiente y temerario, sanguinario y magnánimo, respetado, temido y
astuto”. Dicho gobernante se rebeló como otros de su época ante
el poder central mahometano, pero acabó siendo sometido por el
mismísimo Abderraman III.
La
fortaleza musulmana y su territorio fueron conquistados por las
tropas de Alfonso VIII de Castilla, pasando posteriormente a la Orden
de Santiago por donación del rey. Tal y como dicen las crónicas:
“...Tiene
un castillo hermoso, más fuerte que una peña alta y las paredes de
calicanto con un aljibe en lo más alto de la peña, que es lo que
mejor tiene el castillo...”.
En esa época la encomienda de la villa de Huélamo
tenía
portazgo, escribanía, horno, sierra de agua, molino, batan y rentas
de sal y dinero.
Ya en el año de 1554, el señorío pasa a la corona a manos de D. Diego de Zúñiga y Fonseca para fundar un mayorazgo a favor de su hija doña Inés. Durante la Guerra de Independencia, el castillo y la propia población son devastados, produciéndose la pérdida de gran parte de sus estructuras. En concreto, el castillo fue arrasado por completo.
En
la actualidad los restos de esta fortaleza musulmana están
esparcidos por lo alto del cerro donde se construyó, aunque no
aparecen restos importantes de torres y lienzos de muralla, aparte un
trozo que se sitúa en uno de los flancos de la peña.
En
la parte superior si que existe lo que parece el antiguo aljibe árabe, construido en mampostería que ha quedado al descubierto, ya
que en su momento estaría enlucido con opus signinum para evitar
pérdidas de agua. Esparcidos por toda la superficie se encuentran
los restos de sus muros en una lamentable vista.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
El Arte en Cuenca
Galería:
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