domingo, 23 de febrero de 2020

Castillo de Monturque (Córdoba)


El Castillo de Monturque se encuentra situado en la zona más alta de la localidad homónima en la comarca de La Campiña de la provincia de Córdoba /(Andalucía). 

Se localiza junto al Paseo de San Mateo, entre la C/ Seneca y la de Rafael Lara, a escasos metros del Museo Histórico Local de Monturque. El castillo fue conquistado por Fernando III el Santo en 1240. Se trata de una construcción de marcado carácter militar cuyo origen omeya fue modificado posteriormente por la ocupación cristiana. 

Los restos que han llegado hasta la actualidad permiten adivinar un trazado rectangular constituido por tres muros que en cada uno de sus encuentros presentaría una torre; concretamente, la meridional tiene planta pentagonal. Posiblemente, estas construcciones estaban dotadas de un sótano y construcciones subterráneas. 

La muralla tiene dos metros de anchura y presenta aparejos de sillares a soga, en ocasiones alternando con tizones y mampuesto careado y otras con sillarejos. Con frecuencia se observan marcas de cantero, abundando la X, que se fechan a partir del siglo XIII y primera mitad del XIV. Era la forma acostumbrada de señalar los sillares labrados por los canteros a la hora de recibir su jornal, signos, por otra parte, claramente cristianos. 

El vestigio más completo conservado hasta hoy es la Torre del Homenaje que se alza en el centro del Patio de Armas. De planta cuadrada, se traza de una sólida construcción de mampostería enripiada por hiladas y refuerzos de sillares en los ángulos, con tan sólo dos perforaciones en los muros: la puerta, en forma de arco apuntado con sillares resaltados, y la ventana que hay justamente encima de ella, que si conserva en su mayor parte los sillares primigenios, constituyendo unas jambas y dovelas de extraordinaria fortaleza. 

Casi en el coronamiento de los muros, aparece el matacán corrido que apea en ménsulas constituidas por dos molduras en bocel y dos filetes alternados y en gradiente. Puerta, vano de iluminación y matacán obedecen al gótico. El interior se compone de dos salas, con bóvedas de ladrillo por aproximación de hiladas, unidas mediante escaleras. Dentro de su sobriedad, esta torre del homenaje era la mejor acondicionada para albergar a sus huéspedes que, probablemente, sólo pasarían aquí estancias cortas, pues no está adaptada para alojamiento con carácter permanente. 

De este modo, la zona de Monturque se configuró en toda la Edad Media como plaza fuerte y zona fronteriza, primero defendida por los musulmanes ante el avance de los cristianos, para, en los siglos siguientes, constituir un bastión fundamental, dada su localización estratégica, en el avance y consolidación de los territorios cristianos en la Campiña de Córdoba.

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