El Castillo de Vállaga, también llamado Castillo de las Cuevas del Marqués, se halla situado en el término municipal de la población de Illana, en la provincia de Guadalajara (Castilla-La Mancha).
El
castillo es una fortificación de origen andalusí y usada
posteriormente como bodega vinícola, situada junto al río Tajo, en
el despoblado de Vállaga. Se trata de un castillo montano de planta
rectangular alargada de 10 m de ancho por 40 de largo, su muro largo
al norte mira al río Tajo y el sur aguanta el cerro. Está
construido por completo en sillarejo. El interior está dividido en
ocho compartimentos por arcos de medio punto que sostenían el
tejado. Tan solo queda completo el arco y el techo del habitáculo
más occidental. La estructura del castillo está casi completamente
transformada para adaptarlo a su uso como bodega vinícola.
Su
origen se remonta al siglo XI bajo el poder musulmán que conquista
la Península Ibérica para la defensa militar de las vegas del río
Tajo en tierras de Zorita. Tras la conquista de la extremadura
castellana por el Reino de Castilla, pasa a formar parte de las
tierras de Anguix, que en 1136 son donadas por Alfonso VII a su
vasallo Martín Ordóñez. Después de las guerras contra los
sarracenos pasa a formar parte de la Corona de Castilla entregándose
la Tierra de Zorita a Alvar Fañez de Minaya.
Las
leyes castellanas del siglo XII promovían la repoblación de los
lugares reconquistados, así el 18 de Octubre de 1152, Alfonso VII
segrega de sus tierras la aldea illanita de Vállaga que entrega
junto a su Castillo al Caballero San Galindo como derechos de
conquista por sus servicios y batallas ganadas para la corona de
Castilla en la reconquista de las tierras de Zorita. Don Galindo,
caballero de la Orden de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén
se convierte así en propietario de las ya cristianas tierras de
Illana. Tras ser proclamado Santo crea una ruta para peregrinos hacia
Santiago de Compostela que se convierte en el cordón umbilical que
nutrirá a la cristiandad de Guadalajara y que lo convertirá en el
primer hospitalero europeo.
Entre
1158 y 1161 se crean las órdenes militares que gestionan la
reconquista y el castillo pasa a ser sede de la encomienda de la
recién creada Orden de Calatrava como parte de la provincia de
Zorita. El castillo sería entonces la residencia del comendador
militar de la orden y la de vigía del puente sobre el Tajo del
camino de Madrid a Huete y Cuenca. En 1605 Vállaga e Illana fueron
vendidas por Felipe III al marqués de Almonacid. Durante el siglo
XVIII la explotación económica y la administración de las rentas
de la encomienda Calatrava de Vállaga son escasas, y la deuda
pública generada provoca su venta al marques Juan de Goyeneche y
Gastón en 1718, quien impulsa la economía de Illana instalando, en
Illana una fábrica textil y en Vállaga unas bodegas de vinos tras
una profunda reforma, en el castillo, que más tarde tomaría el
nombre de las cuevas del Marqués por tomar los
descendientes de Goyeneche el título de marqués de Belzunce.
En
pleno Siglo de Oro español, los famosos vinos de esta bodega
tuvieron fama de ser de los mejores vinos de Castilla. Durante la
década de 1870, la filoxera entró en la Península Ibérica
causando importantes daños que hicieron desaparecer los viñedos y
la explotación vinícola de Illana, y con ella el abandono de las
“Cuevas del Marques”. Actualmente, y tras un largo periodo de
abandono, se haya en estado de ruina, pudiéndose apenas reconocer su
aspecto de castillo. Si bien, alguno de sus muros todavía se yergue
desafiante ante el río Tajo.
Fuente: Castillos del Olvido
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