jueves, 27 de febrero de 2020

Castillo de Polán (Toledo)


El Castillo de Polán se encuentra localizado en la población homónima de la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha). 

Construido en el siglo XII con fines defensivos para someter las incursiones musulmanas del sur del Tajo. Se desconoce la historia de este castillo, a excepción de algunos detalles puntuales. 

El castillo ya se cita en el año 1116, durante una batalla entre los cristianos de Toledo y los musulmanes de Oreja. El alcaide Farax Abdalí fue vencido cerca del castillo cristiano de Polán, que quizás, por entonces, estuviese en construcción. Perteneció al poeta Lope de Zuñiga. Su esposa, Doña Mencia de Guzmán, era propietaria de una casa señorial en Polán. La última información que se tiene sobre el castillo es del siglo XIX, siendo propiedad de los Marqueses de Cerralbo. 

El de Polán fue un castillo de gran tamaño a juzgar por lo alto y ancho de los restos hoy visibles, y el hecho de que la puerta de entrada al recinto, en perfecto estado, se encuentra en la plaza del pueblo, a gran distancia de las construcciones del castillo que se pueden observar. 

Se desconoce la forma de su planta, ya que sólo se conserva la fachada oeste, y además incompleta, ya que está rota por el centro. 

Quedan aún las fuertes torres de sus extremos que, construidas con estribos exteriores curvos, semejando un pilar central rodeado de columnas adosadas a él y unidas en su parte superior por arcos de ladrillo de medio punto. 

Sobresale aún el adarve que, en su día, llevó canes que sustentaban el andamio voladizo. Éste sistema, único en España, parece haber sido importado de las fortalezas francesas de los siglos XI y XII. 

La torre sur está cortada longitudinalmente, y se aprecia en su altura, pero solo en su mitad, con algunos canes y sólo un par de columnas. La torre norte está cortada transversalmente, y puede apreciarse toda su base, con sus ocho estribos curvos adosados, pero está cortada a media altura. Curiosamente, un lado de estas torres está dentro del patio de una casa particular, y el lado opuesto en el patio del colegio público de la localidad. 

Las dos torres que se conservan están construidas en fábrica de mampostería con mortero de cal y arena, guijarros y ladrillos. En el interior de la torre más alta, posiblemente la del homenaje, se aprecia su distribución en cuatro plantas y sobre el último el arranque de una bóveda. Encima se conserva varios modillones de piedra berroqueña, típicos de la arquitectura toledana. 

En las jambas y dinteles de alguna de sus ventanas, aparecen diversos grabados relacionados con la simbología oriental y las Ordenes Templarías. Por las características y configuración del terreno debía tratarse de una fortaleza de grandes dimensiones, pudiendo llegar a extenderse hasta la actual plaza. 

Fuente: Castillos del Olvido

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