jueves, 6 de febrero de 2020

Castillo de Rochafría (Beteta, Cuenca)


El Castillo de Rochafría, también llamado Castillo de Rochafrida o Castillo de Beteta, se encuentra localizado en un cerro cercano a las afueras de la localidad de Beteta, en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha). 

Fue construido en el siglo XIII sobre una obra musulmana anterior, y reformado en el siglo XIX (1839). Por su emplazamiento debió ser una fortaleza de enlace entre Cuenca y Molina de Aragón, frontera del dominio musulmán durante mucho tiempo. 

Es un conjunto de elementos de arquitectura militar de interés. Se conservan los basamentos y arranques de las trazas, parte de la torre del homenaje, incluido el abovedamiento, y los fosos, aunque muy deteriorados. Se conserva también parte de la muralla que, cerro abajo, llegaba hasta el pueblo, en el que todavía quedan importantes restos de lienzos y postigos. 

Es en el siglo XIX cuando Beteta vuelve a ocupar páginas de la historia con la I Guerra Carlista al estar muy bien situada estratégicamente dentro de una zona orográficamente importante. El general carlista Ramon Cabrera, en agosto de 1839, considera como una posición topográfica importante la villa y su fortificación defensiva. Así, enviará al general Palacios al mando de 500 hombres para reforzar la fortificación de Rochafría. 

Durante todo el año siguiente, al mando del teniente de ingenieros D. Manuel Brusco, se ocuparon en fortificar el pueblo y mejorar la fortaleza cerca de 2000 paisanos y 800 caballerías. Y ante las murallas restauradas de la fortaleza las tropas de Cabrera derrotaron a tres batallones de la Reina. La marcha acelerada de Palacios y Brusco hacia el interior de Castilla dejaron desguarnecida la fortaleza, siendo tomada el 15 de junio de 1840 por las tropas isabelinas. Cuando pasaron la población y el castillo a poder de las fuerzas constitucionales y la fortaleza de Rochafría fue arrasada bárbaramente, pero aún resistieron algunos bastiones del coloso. 

La planta del castillo tiene forma de polígono irregular dodecágono, impuesta por el terreno  para cubrir y vigilar todos los ángulos posibles. Se conservan los basamentos y arranques de las trazas, parte de la torre del homenaje, incluido el abovedamiento, y los fosos, aunque muy deteriorados. 

Se conserva también parte de la muralla llegando hasta el pueblo, rodeándola, de dos metros de espesor, y unos doce metros de altura, almenada. Su fábrica es de cal, arena y piedra autóctona, parcialmente labradas en las jambas de la portada principal. En la población se abrían dos puertas: la Puerta de la Villa y la Puerta de la Cava, en la actualidad hoy podemos ver restos de lienzos y el arco del postigo. 

Desde Junio del año 2017 se están realizando labores de rehabilitación y consolidación del castillo, en los que se utilizan los mismos materiales que se encuentran a su alrededor, reforzando los muros de mampostería, repararándose las lagunas en la continuidad de los paramentos, desprendimientos, grietas y desplomes que han ido deteriorando.

Fuente: Castillos del Olvido

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