El Castillo de Olmillos de Sasamón se encuentra situado en el casco urbano de la población homónima en la provincia de Burgos (Castilla-León).
Este
castillo fue construido como palacio señorial, con formas exteriores
de pequeña fortaleza, formado por una planta rectangular con torres
circulares en las esquinas que están perfectamente conservadas y que
mantienen matacanes circulares coronando los cubos y unos giratones.
En sus muros labrados en piedra, se pueden distinguir blasones con el
motivo decorativo de la flor de lis de los Cartagena.
Del
recinto exterior del castillo, que no se ha conservado, sólo se
pueden observar algunos restos al pie de las torres meridionales.
Todo este conjunto está dividido en dos mitades por un muro que
separa el patio de armas de otra zona más señorial en la que puede
apreciarse cómo disponía de semisótano, primera y segunda planta.
Las piedras que componen dicho castillo son de sillarejo, de una
mejor calidad en los cubos. Sin embargo, puede apreciarse que para
conseguir mayor solidez predominan en la base grandes bloques también
en sillarejo. En la parte posterior se remata con regular
mampostería.
A
finales de la primera mitad del siglo XV, Pedro de Cartagena compra
este señorío a Diego Gómez de Sandoval, que lo tenía como
donación del rey don Juan II. Pedro de Cartagena pertenecía a una
familia judía de origen aragonés, los Leví, que tras su conversión
al cristianismo reemplazaron su originario apellido en honor a la
virgen, Santa María, por el de Cartagena. Hacia 1440 inició los
trámites de la creación del mayorazgo de los Cartagena, y fue sin
duda alguna el verdadero creador del linaje.
El
mayorazgo de los Cartagena estaría formado por bienes tanto propios
como los adquiridos por Pedro de Cartagena. Este mayorazgo estaba
constituido por: una casa-palacio colindante con la calle de
Cantarranas, en Burgos; el lugar de Olmillos con sus vasallos,
derechos, propiedades, señoríos y casa-fuerte; un señorío en
Villusto, el pueblo de San Pedro y San Martín de Humada; el lugar de
Asturianos de Can de Muñó, cerca de Presencio, la torre y casa de
Cayuela, con sus dependencias; las propiedades que posee en Cayuela,
Pinilla, Quintanilla de Muño, Arroyo, Mazuela de Muñó y Belbimbre
y rentas y juros de heredad asentados en las tercias y alcabalas de
diversas localidades.
Pedro
de Cartagena contrajo matrimonio en dos ocasiones, y falleció en
Burgos en 1478, reinando Isabel I de Castilla. Su hijo Alonso de
Cartagena no heredó el mayorazgo, ya que falleció muy joven. Fue
reemplazado por su nieto, también llamado Alonso. Los vecinos de
esta población tuvieron numerosos problemas con este personaje,
puesto que fue el modelo de señor feudal e intolerante que tomaba
préstamos forzosos, aumentaba los impuestos y les sometía a
servicios humillantes.
La
Edad Moderna fue un periodo de prosperidad tanto para la fortaleza
como para la localidad. En 1540, se empezó a construir la parroquia
de la Asunción de Nuestra Señora y la fortaleza se dio por
concluida con la edificación de la torre rectangular, destinada a
caballeriza o almacén.
El
linaje de los Cartagena acaba con la unión de Ángela Rodríguez
Mausiño y Manuel Franco de Guzmán, y con este matrimonio comienza
el linaje de los Valoria, que eran naturales de Valladolid. El linaje
de los Valoria perdura hasta principios del siglo XIX, cuando la
vizcondesa de Valoria, Jacoba Giráldez, se casó con Mauricio
Álvarez de Bohorques, II duque de Gor. Con este matrimonio
desaparece la casa de los Valoria como titular del castillo y señorío
de Olmillos y pasa a ser la casa ducal de los Gor.
Tras
la muerte del VI duque de Gor, su viuda Beatriz de Silva y Mitjans
traspasa la titularidad de la casa ducal a su hijo Mauricio Álvarez
de Bohorques y Silva, VII duque de Gor. Hacia 1815, la hermana de
Mauricio Álvarez de Bohorques, Rosario, vizcondesa de Valoria,
enajenó prácticamente todo su patrimonio de Olmillos, que continuó
explotando en arrendamiento. Todas estas propiedades fueron
adquiridas por la familia Arteche. La titularidad del castillo y
propiedades en la localidad fueron adjudicadas a Elisa Arteche
Villabaso. A partir de estos años, el castillo vuelve a cobrar toda
su belleza a consecuencia de su rehabilitación.
La
familia San José hacia 1989 compró este edificio y lo salvó del
deterioro y de su futura desaparición. Decidieron restaurarlo y
destinarlo a la celebración de eventos, como bodas, exposiciones,
reuniones, congresos o servir de alojamiento a turistas que estaban
de paso por la zona. El proceso de rehabilitación fue ejecutado por
fases: en la primera fase se restauró la estructura, la fachada
oeste de forma parcial, los techos, las escaleras, algunas ventanas.
En esta primera restauración solo se utilizó hormigón armado y se
cubrió con una piedra blanca que para nada tenía que ver con la
utilizada originalmente en el castillo. Para restaurar las almenas de
sus 4 torres más altas se utilizó la misma piedra blanca.
En
2003, la pequeña fortaleza fue adquirida por Jusef Nasser Eddin y
continuó las obras de rehabilitación y adaptación del castillo
para uso hostelero. Después de dos años de restauración y con un
proyecto que rondaba los tres millones de euros, se terminó la
segunda fase.
Fuente: Castillos del Olvido
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