El Castillo de Paradilla del Alcor se encuentra situado en la localidad del mismo nombre en la provincia de Palencia (Castilla-León).
Poco
se conoce sobre la historia del castillo. Aparte de la mencionada
disputa de Diego de Guevara con la ciudad de Palencia, durante la
minoría de edad de Fernando III, el infante Juan Manuel puso
guarnición en esta fortaleza cuando cercaba Palencia. En 1520 era
propiedad de Ladrón de Guevara, partidario de las Comunidades, y que
mantuvo varias reuniones con el obispo Acuña con el propósito de
preparar la sublevación. Don Marcelino Serrano Moro, médico
militar, compró la finca pocos años antes de su muerte (1903),
aunque realmente fue su viuda, Cristina Moro Martinez, quien llevó a
efecto la escritura de la compra (avalada por su padre y su hermano).
El
castillo y su recinto murado se encuentran en la llanura de Campos,
junto a un pequeño barranco. Su emplazamiento no parece tener mucha
importancia estratégica, pudiendo ser una fortificación rural para
proteger la explotación agrícola. Sus orígenes se remontan a la
época de la Reconquista, pero lo que hoy puede verse es de época
posterior, ya que en 1485 Diego de Guevara repara y reedifica el
castillo, lo que provoca la queja de la ciudad de Palencia ante la
Corona, protesta que no prospera.
Consta
de un edificio almenado de planta cuadrada y una altura de dos pisos.
En una de las esquinas tiene un torreón circular algo más alto que
el resto del conjunto. El edificio está muy reformado, mezclando en
su construcción desde mampostería a buena piedra de sillería. La
antigua entrada se realizaba por medio de una pequeña puerta ojival
situada junto a la derecha del torreón y protegida por una ladronera
situada en la vertical. El acceso actual se hace por una puerta
abierta en el frente principal, fruto de una reforma posterior, al
igual que el balcón que se abre encima de ella y sobre el que
aparece un reloj de sol.
El
torreón, con una base maciza, tiene en su segundo piso una bóveda
de sillería. Sobre las almenas se apoya un tejado, muy deteriorado,
lo que ha provocado el derrumbe de parte de estas. Los accesos a la
primera y segunda planta se realizan desde el interior del edificio.
En el segundo piso, en la parte correspondiente a la fachada
principal, se conserva una ventaja enrejada.
Las
almenas del edificio fueron cegadas para cubrirlo con un tejado del
que aún se aprecian restos. En los últimos años se ha derrumbado
la fachada norte, gran parte de la fachada este y parte de la oeste,
por lo que se han perdido los restos de una segunda ladronera
existente en la esquina opuesta al torreón, así como varias
ventanas, troneras y saeteras. Igualmente se ha perdido su pequeño
patio interior con columnas octogonales.
Rodea
al castillo un recinto de mampostería de extensión irregular y
escaso valor defensivo, cuya entrada principal a través de un arco
de medio punto está flanqueada por dos torrecillas rematadas con una
doble ménsula. Sobre la puerta hay un escudo desgastado, con la
fecha 1607, que puede ser la fecha de las obras de reforma del
recinto y que corresponde a los apellidos Salcedo, Guevara, Rojas y
Porras.
En
la parte posterior una segunda puerta, con arco de medio punto, pudo
dar acceso a un foso hoy cegado. Dentro de este recinto, existe otro
más pequeño situado delante de la fachada principal del castillo.
Actualmente se encuentra en estado de ruina progresiva. El lastimoso
estado en que se encuentra el castillo, ante la pasividad de los
propietarios y de la administración, hacen presagiar que en pocos
años no quede nada en pie.
Fuente: Castillos del Olvido
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