martes, 17 de marzo de 2020

Castillo de Paradilla del Alcor (Palencia)


El Castillo de Paradilla del Alcor se encuentra situado en la localidad del mismo nombre en la provincia de Palencia (Castilla-León). 

Poco se conoce sobre la historia del castillo. Aparte de la mencionada disputa de Diego de Guevara con la ciudad de Palencia, durante la minoría de edad de Fernando III, el infante Juan Manuel puso guarnición en esta fortaleza cuando cercaba Palencia. En 1520 era propiedad de Ladrón de Guevara, partidario de las Comunidades, y que mantuvo varias reuniones con el obispo Acuña con el propósito de preparar la sublevación. Don Marcelino Serrano Moro, médico militar, compró la finca pocos años antes de su muerte (1903), aunque realmente fue su viuda, Cristina Moro Martinez, quien llevó a efecto la escritura de la compra (avalada por su padre y su hermano). 

El castillo y su recinto murado se encuentran en la llanura de Campos, junto a un pequeño barranco. Su emplazamiento no parece tener mucha importancia estratégica, pudiendo ser una fortificación rural para proteger la explotación agrícola. Sus orígenes se remontan a la época de la Reconquista, pero lo que hoy puede verse es de época posterior, ya que en 1485 Diego de Guevara repara y reedifica el castillo, lo que provoca la queja de la ciudad de Palencia ante la Corona, protesta que no prospera. 

Consta de un edificio almenado de planta cuadrada y una altura de dos pisos. En una de las esquinas tiene un torreón circular algo más alto que el resto del conjunto. El edificio está muy reformado, mezclando en su construcción desde mampostería a buena piedra de sillería. La antigua entrada se realizaba por medio de una pequeña puerta ojival situada junto a la derecha del torreón y protegida por una ladronera situada en la vertical. El acceso actual se hace por una puerta abierta en el frente principal, fruto de una reforma posterior, al igual que el balcón que se abre encima de ella y sobre el que aparece un reloj de sol. 

El torreón, con una base maciza, tiene en su segundo piso una bóveda de sillería. Sobre las almenas se apoya un tejado, muy deteriorado, lo que ha provocado el derrumbe de parte de estas. Los accesos a la primera y segunda planta se realizan desde el interior del edificio. En el segundo piso, en la parte correspondiente a la fachada principal, se conserva una ventaja enrejada. 

Las almenas del edificio fueron cegadas para cubrirlo con un tejado del que aún se aprecian restos. En los últimos años se ha derrumbado la fachada norte, gran parte de la fachada este y parte de la oeste, por lo que se han perdido los restos de una segunda ladronera existente en la esquina opuesta al torreón, así como varias ventanas, troneras y saeteras. Igualmente se ha perdido su pequeño patio interior con columnas octogonales. 

Rodea al castillo un recinto de mampostería de extensión irregular y escaso valor defensivo, cuya entrada principal a través de un arco de medio punto está flanqueada por dos torrecillas rematadas con una doble ménsula. Sobre la puerta hay un escudo desgastado, con la fecha 1607, que puede ser la fecha de las obras de reforma del recinto y que corresponde a los apellidos Salcedo, Guevara, Rojas y Porras. 

En la parte posterior una segunda puerta, con arco de medio punto, pudo dar acceso a un foso hoy cegado. Dentro de este recinto, existe otro más pequeño situado delante de la fachada principal del castillo. Actualmente se encuentra en estado de ruina progresiva. El lastimoso estado en que se encuentra el castillo, ante la pasividad de los propietarios y de la administración, hacen presagiar que en pocos años no quede nada en pie. 

Fuente: Castillos del Olvido

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