miércoles, 25 de marzo de 2020

Castillo de Serón de Nágima (Soria)


El Castillo de Serón de Nágima es una fortaleza localizada en la población del mismo nombre en la provincia de Soria (Castilla-León). 

El castillo que ha llegado hasta nuestros días, es algo incomprensible que haya resistido el paso de los siglos por la pobreza de su material, se encuentra incluido en la Lista Roja del Patrimonio. 

Este castillo engrosa el número de fortalezas, en su mayoría de piedra caliza, que una tras otra y a veces de forma simultánea, fueron levantándose en nuestro suelo como bastiones para devolver la tranquilidad a las gentes durante aquellos siglos de continuadas luchas del medievo. Esta situación de inseguridad predispuso el ánimo de reyes y señores feudales, a montar la guardia, para evitar sorpresas, levantando castillos en lugares estratégicos. 

Esta circunstancia, unida a una antigua costumbre romana, de que los monarcas cedieran tierras a los señores feudales, como compensación a los servicios militares que habían prestado al Rey, juntamente con aquella otra costumbre germana que llevaba aparejada la fidelidad a su señor por parte de sus propios vasallos, prepararía el terreno o sería, “el caldo de cultivo”, para que los señores feudales se encumbraran y ello traería como consecuencia el paulatino deterioro o la debilitación del poder de los monarcas. 

Por ello, nada debe resultarnos extraño que ciertos señores feudales hicieran tabla rasa de los vínculos que de alguna manera les unía a su Rey, olvidándose de los muchos beneficios recibidos y ponían en “tela de juicio'” la autoridad del monarca y previendo posibles represalias, estos señores hacían un frente común con la construcción de castillos y fortalezas, sin la autorización y el beneplácito del monarca. En aquellos momentos es posible que se levantara el Castillo de Serón de Nágima, en el que el tiempo si que contaba, y en ello podría estar la explicación de que se utilizara la arcilla que era un material muy abundante en la comarca y en este caso concreto lo tenían a pie de obra. 

De este hermoso y peculiar castillo de planta rectangular, lo que más destaca es el material de construcción empleado, que se funde con la tierra, y que le proporciona una belleza poco habitual, en contraste con la pobreza del material autóctono, y no por eso menos noble, que es una masa de tapial de arcilla, muy abundante por cierto en la comarca de las Vicarías. Uno de los factores que ha determinado su estado de conservación es la debilidad de este material, pero que a su vez ha evitado la reutilización del material para otras construcciones, como es habitual en los castillos de piedra. 

Así es que quedan en pie dos muros, que llegan a medir algo más de tres metros de grosor, y algunos restos de su planta rectangular, con al menos dos torres cuadradas en las esquinas opuestas a la villa, que sobresalen ligeramente de los muros. Una de las esquinas que daba a la población se derrumbó en años recientes y a juzgar por el estado de los bajos de los muros, éstos no durarán mucho más. 

En el interior, restos de un aljibe y marcas de los mechinales de las construcciones interiores. En la explanada que se encuentra frente al castillo, opuesta a la población, huellas de lo que podría ser una plaza empedrada con cantos, con dibujos radiales. La población estaba rodeada por una muralla con tres puertas conocidas como la de las Eras, la de la Muela y la de la Ombría. 

De su historia anterior al siglo XII poco o nada se conoce. Apenas se adivina el origen antropónimo de origen latino (Serione o Serone) o hidrónimo de origen indoeuropeo (Ser-= Río) del nombre Serón, según recoge Eleuterio Carracedo. Se indica también que Serón de Nágima pertenece a las Villas Fronteras con Aragón, así es que la historia de Serón de Nágima y su castillo está ligada a las continuas disputas entre los reinos de Castilla y Aragón durante los siglos XIII y XIV.

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