sábado, 21 de marzo de 2020

Castillo de Turégano (Segovia)


El Castillo de Turégano se encuentra situado en la localidad del mismo nombre en la provincia de Segovia (Castilla-León). 

El primitivo Castrum celtibérico fue aprovechado por los estrategas romanos para completar el sistema de fortificaciones. De él sólo quedan las torres en parte desmochadas, construidas posiblemente hacia finales del siglo X y de clara tradición árabe.

De planta cuadrada, fueron ejecutadas de fábrica de gruesos de cal y canto, aparecieron traspasadas en su parte inferior por un estrecho pasadizo conocido como “el paso de ronda” y unidas entre sí por tramos realizados en tapial. 

Según tradición de los cronicones, la Villa de Turégano fue repoblada por Fernán González y más concretamente por su hijo Gonzalo Fernández. De acuerdo con esta tradición el repoblador hizo erigir el castillo en el interior de los muros del Castro primitivo, denominando a la Villa “Turrem Vegam” ( Vega de las Torres ). 

El recinto de planta cuadrangular flanqueado por torreones circulares en los ángulos y rematados por hornacinas con la imagen de San Miguel. Como característica en común a lienzos y almenas, se encuentran saeteras del tipo cruz y orbe y palo y orbe. En todo sistema de protección encontramos también, matacanes, buhoneras, acodos, recovecos, balcones amatacanados y estrechas escaleras. 

El edificio central se encuentra constituido por la Torre del Homenaje, cuyo interior se distribuye en estancias, estrechas escaleras, que comunican las distintas salas y una escalera helicoidal que conduce a la base de la torre, donde puede contemplarse el bellísimo paisaje y se palpa el carácter defensivo del castillo. Declarado monumento nacional en 1931, su emplazamiento recuerda la función defensiva por el que fue erigido. 

En su construcción se han de distinguir distintos conjuntos que lo compone: El Castrum y las torres, la primitiva iglesia de San Miguel, y el traslado de la espadaña a su lugar actual. Muchos autores defendieron la teoría de haberse construido a la par que al castillo, hoy se puede afirmar que la iglesia de San Miguel, de estilo románico, fue ejecutada a finales del siglo XII y a principios del siglo XIII. 

En el ala oeste encontramos tres torreones construidos con similares características, sillares de piedra rosa, rematados entre sus lienzos por parapetos, matacanes y gárgolas de una pieza. La entrada de la iglesia, marcada encima por el escudo episcopal, está defendida por dos torres especiales, polígonas en el primer cuerpo y circulares y circulares en el segundo, corre por ellas una línea de matacanes debajo de un arco abierto que hace las veces de galería, donde puede observarse un arco de crucería. 

En ella destacan dos fases constructivas, la primera comprendería las naves laterales y la torre elevada, actualmente embutida dentro del torreón central. De la segunda fase destaca la nave central construida por buena sillería y cubierta con bóveda de cañón apuntada. Las obras que dan lugar al recinto amurallado se encuentran en el siglo XV, siendo emprendidas por Arias Dávila en 1471, continuadas por Arias del Villar y concluidas por Diego Rivera siguiendo el plan por el, trazado por el Prelado Arias Dávila.La última fase de la construcción es la colocación, en 1703, de la espadaña, de estilo barroco y rematada con frontón curvo. 

El rey Felipe II, en 1586 mandó confinar en la cárcel del Castillo de Turégano a Antonio Pérez, primer Ministro y Privado del Rey, acusado por traficar con información reservada y por su implicación en la muerte de Escobedo, secretario del hermano del Rey. En un primer momento le fue permitida la convivencia de su mujer e hijos, un administrador, un paje, guardas y alguaciles, formando, a los pocos días de su llegada, una pequeña corte en su confinamiento. 

Tras un intento de fuga, es trasladado al calabozo de la ábside lateral de la iglesia del Castillo, donde los presos eran bajados con cadenas desde el interior de la fortaleza, al no existir otro lugar de acceso, manteniéndoles totalmente aislados en una pequeña cámara sin luz. Mientras, su familia era trasladada a Madrid, pasando a ser encarcelada. Actualmente se puede contemplar el calabozo, entrando por una puerta hecha posteriormente al lado del altar de la iglesia y la ranura por donde tiraban la comida y la bebida a los presos. 

En el año 1461 es nombrado Obispo de Segovia D. Juan Arias Dávila, señor por antonomasia de Turégano. Celebró en la Villa los Sínodos Episcopales de 1473 y 1483, este último en la desaparecida Iglesia de Santa María del Burgo. Participó activamente en los asuntos políticos de su época, partidario en primer momento de Enrique IV, adepto del Príncipe Alfonso después, y al morir éste, es castigado por el Rey que le sugiere que abandone Segovia, instalándose en su Señorío de Turegano, donde siguió siendo fiel a la causa de Dª Isabel. Fernando el Católico estuvo hospedado en su Castillo durante tres ocasiones y por distintos motivos. La reconciliación pública de la Princesa Isabel con su hermano Enrique IV, la organización de la marcha militar en socorro del Marques de Santillana y con motivo de la muerte del Rey Enrique IV, para partir desde Turegano a la Coronación de su esposa como Reina de Castilla en Segovia. 

En 1425 Turegano se convirtió en sede de la Cancillería y Audiencia del Reino por orden de Juan II, durante la celebración de las Cortes en Palencia. Poco después, en 1428, tuvo lugar en Turegano la reconciliación del Condestable de Castilla, D. Álvaro de Luna, con el rey Juan II: "…El Rey de Castilla era venido a Turegano y estaba donde la Reina y todos los Grandes de La Corte…., el condestable iba a entrar en la Corte con su gente y antes que llegase como una legua a Turegano, salían ya muchas gentes a recibirle… En Turegano se encontraban aquel día tres Cortes: La de los Reyes de Castilla, la de los Reyes de Navarra y la de D. Álvaro, que a juzgar por su esplendor, fue equivalente a lo de los Monarcas de la época.". El 3 de mayo de 1440, en la Iglesia de San Miguel, celebra Sínodo Fray Lope Barrientos, tal vez el más importante Prelado segoviano, pues llegó a gobernar Castilla al morir el Rey Juan II. 

Desde el año 1123 en que, a petición del primer Obispo de la Iglesia restaurada de Segovia, el francés D. Pedro de Agen, la Villa fue donada por la Reina Dª Urraca y su hijo el Rey Alfonso VII a los prelados segovianos, Turegano comenzó a ser protagonista de la historia segoviana y de Castilla. Las Comunidades de Villa y Tierra que constituyeron la llamada Extremadura Castellana de Segovia, fueron, además de la propia Segovia, las de Sepúlveda, Cuéllar, Ayllón, Fuentedueña, Pedraza, Coca y Maderuelo, complementándose con las tierras del Obispo, como enclave de singular importancia: El Señorío Episcopal, cuya sede principal y Cámara de los Prelados era la Villa de Turégano. 

Fuente: Castillos del Olvido

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