Las Murallas de Sepúlveda constituyen la zona murada que rodeaba el amplio espacio circundante, a expensas de su castillo, de esta población del mismo nombre en la provincia de Segovia (Castilla-León).
Las
murallas se asientan sobre un amplio farallón calizo entre los
ríos Caslilla y Duratón, donde se encuentra el núcleo principal
de Sepúlveda. La muralla refuerza los puntos más vulnerables que
la topografía pudiera dejar al azar y en los que se sitúan los
diferentes accesos al interior de la Villa. A este respecto, Julio
Valdeón incluye Sepúlveda entre las ciudades surgidas en la
Extremadura Castellana que fueron creadas por razones militares, como
Segovia, Ávila o Salamanca.
De
este recinto murado llama la atención que parte de su superficie no
está ocupada por el caserío de Sepúlveda, aunque esto no debió
de ser siempre así, a juzgar por los restos de varias iglesias en
el cerro de la Somosierra y su ladera SW. como son las de San Pedro,
San Juan o San Andrés, corroborado este dato, además, por la
documentación escrita.
Sin
embargo, este hecho no es exclusivo ni extraño, dándose en otros
asentamientos medievales, la población original se estableció en
barrios más o menos aislados por todo el perímetro interior. Sin
embargo, en la actualidad, la población se localiza en un extremo
del espolón, entorno a una iglesia románica, siendo éste,
posiblemente, el asentamiento más próximo a Sepúlveda donde se
da también esta circunstancia.
Esta
meseta actualmente despoblada que tanto ha dado que hablar, esconde
en su subsuelo un importante yacimiento arqueológico, denominado La
Somosierra, con adscripciones culturales que abarcan, por ahora, la
Edad del Bronce, la Segunda Edad del Hierro, Edad Media y Moderna,
sin olvidarnos de elementos singulares y atractivos que se observan
en superficie, como el antiguo cementerio de la Villa, donde se
encuentra además, los restos de la iglesia de San Pedro y la
cercana Puerta de la Fuerza, acceso al recinto murado por el lado NW.
La
muralla tuvo varias puertas y postiguillos, junto con sus caminos y
puentes de acceso y el elemento característico, su castillo, que
preside la plaza de España. Cerca de él, y en las cotas de
descenso hacia el valle del Caslilla, al SE del Conjunto Histórico,
se encuentran una serie de calles pequeñas, cortas y laberínticas,
popularmente conocidas como “Los Codos” y que están
relacionadas con la población judía que habitó Sepúlveda
antes de su expulsión (1468) y cuyos restos también se pueden
observar en otros puntos de la Villa.
La
muralla se trata de una construcción asentada sobre un espolón
rocoso bordeado por el río Caslilla al sur, y por el río Duratón
al norte, describiendo una topografía con grandes cortados que
permitirían su defensa al modo natural, reforzando las zonas más
vulnerables, ya sea por un acceso más fácil y que coincidirían
con las entradas al recinto o por torrenteras que parte de la zona
más alta de Sepúlveda. Se distinguen dos periodos constructivos
significativos, uno anterior al siglo XI, y otro en el último
tercio del siglo XI.
Fuente: Castillos del Olvido
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