sábado, 21 de marzo de 2020

Murallas de Sepúlveda (Segovia)


Las Murallas de Sepúlveda constituyen la zona murada que rodeaba el amplio espacio circundante, a expensas de su castillo, de esta población del mismo nombre en la provincia de Segovia (Castilla-León). 

Las murallas se asientan sobre un amplio farallón calizo entre los ríos Caslilla y Duratón, donde se encuentra el núcleo principal de Sepúlveda. La muralla refuerza los puntos más vulnerables que la topografía pudiera dejar al azar y en los que se sitúan los diferentes accesos al interior de la Villa. A este respecto, Julio Valdeón incluye Sepúlveda entre las ciudades surgidas en la Extremadura Castellana que fueron creadas por razones militares, como Segovia, Ávila o Salamanca. 

De este recinto murado llama la atención que parte de su superficie no está ocupada por el caserío de Sepúlveda, aunque esto no debió de ser siempre así, a juzgar por los restos de varias iglesias en el cerro de la Somosierra y su ladera SW. como son las de San Pedro, San Juan o San Andrés, corroborado este dato, además, por la documentación escrita. 

Sin embargo, este hecho no es exclusivo ni extraño, dándose en otros asentamientos medievales, la población original se estableció en barrios más o menos aislados por todo el perímetro interior. Sin embargo, en la actualidad, la población se localiza en un extremo del espolón, entorno a una iglesia románica, siendo éste, posiblemente, el asentamiento más próximo a Sepúlveda donde se da también esta circunstancia. 

Esta meseta actualmente despoblada que tanto ha dado que hablar, esconde en su subsuelo un importante yacimiento arqueológico, denominado La Somosierra, con adscripciones culturales que abarcan, por ahora, la Edad del Bronce, la Segunda Edad del Hierro, Edad Media y Moderna, sin olvidarnos de elementos singulares y atractivos que se observan en superficie, como el antiguo cementerio de la Villa, donde se encuentra además, los restos de la iglesia de San Pedro y la cercana Puerta de la Fuerza, acceso al recinto murado por el lado NW. 

La muralla tuvo varias puertas y postiguillos, junto con sus caminos y puentes de acceso y el elemento característico, su castillo, que preside la plaza de España. Cerca de él, y en las cotas de descenso hacia el valle del Caslilla, al SE del Conjunto Histórico, se encuentran una serie de calles pequeñas, cortas y laberínticas, popularmente conocidas como “Los Codos” y que están relacionadas con la población judía que habitó Sepúlveda antes de su expulsión (1468) y cuyos restos también se pueden observar en otros puntos de la Villa. 

La muralla se trata de una construcción asentada sobre un espolón rocoso bordeado por el río Caslilla al sur, y por el río Duratón al norte, describiendo una topografía con grandes cortados que permitirían su defensa al modo natural, reforzando las zonas más vulnerables, ya sea por un acceso más fácil y que coincidirían con las entradas al recinto o por torrenteras que parte de la zona más alta de Sepúlveda. Se distinguen dos periodos constructivos significativos, uno anterior al siglo XI, y otro en el último tercio del siglo XI.

Fuente: Castillos del Olvido

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