La Torre de Uxama, o también llamada Atalaya de Uxama, se encuentra situada en las cercanías de la ciudad de Burgo de Osma, en la provincia de Soria (Castilla-León).
En
el siglo X, los árabes levantaron, sobre los restos de una torre de
origen romana, una torre-vigía en Uxama, nombre de la actual Burgo
de Osma, en relación con la fortaleza califal de Gormaz y las
defensas de la línea fronteriza. El Alto del Castro, castillo
natural sobre la hoz de Peñalavara, era un punto estratégico
importante para el ejército musulmán.
La atalaya se apoya sobre las
ruinas de una casa hispano-romana de los siglos I y II que, tras
quedar en desuso en el siglo III, había sido incorporada a un
bastión de la muralla que en el Bajo Imperio protegía la ciudad.
Además, existen otras dos atalayas en Burgo de Osma: la Atalaya de
Lomero y la Atalaya de Valdenarro.
Las
atalayas son de planta circular, divididas interiormente en varias
alturas, generalmente una planta baja, dos pisos y una terraza
superior. Están construidas a base de sillarejo menudo trabado con
mortero de cal, conformando anchos muros. La entrada se sitúa en el
primer piso, a varios metros del suelo, y se accede a ella mediante
una escalera de mano.
Todas
ellas disponen de un reducido espacio interior, propias para un
pequeño destacamento de dos o tres personas en misión de control y
vigilancia. La división interior se realiza mediante pisos de madera
sujetos con vigas empotradas en el muro, cuya impronta es
perfectamente visible en las paredes. La comunicación entre los
pisos se realizaría mediante una trampilla de madera y una escalera
de mano.
La
atalaya de Uxama consta de una ancha base de sillares irregularmente
labrados y trabados con argamasa, con una anchura de 1,5 metros.
Sobre él se eleva el segundo cuerpo, la atalaya propiamente dicha,
construcción de sección anular de 6,15 m. de diámetro interno a
base de sillar de pieza más pequeña regularmente labrado, trabado
con argamasa y con un ancho de muro de 1,10 metros. La planta baja,
sin comunicación con el exterior, estaría destinada a conservar
agua y provisiones.
El
primer piso servía de acceso y cuerpo de guardia. Encima se
depondría otro, generalmente de menor altura, con pequeños vanos de
ventilación e iluminación que servía como zona de descanso. Desde
la terraza superior, en algunos casos almenada, se realizaría la
vigilancia y la transmisión de mensajes y pudo estar cubierta con
una techumbre de madera y paja.
Ante
una situación de peligro, la eficacia de la torre vigía se ponía
de manifiesto al activar el mecanismo de comunicación basado en
espejos, emisiones sonoras o señales de humo durante el día y
luminosas por la noche, señales que se iban trasladando de unas
torres a otras hasta alertar a las guarniciones emplazadas en las
fortificaciones y castillos.
La
mayoría están situadas en los puntos de máxima altura y
distribuidas unas de otras estratégicamente, pudiendo mantener un
contacto visual entre ellas. Desde la atalaya de Uxama, popularmente
conocida por burgenses y oxomenses como la Silla del Rey, es posible
observar las atalayas de Quintanilla, Caracena, Navapalos, El
Enebral, El Lomero y Burgo Este.
Fuente: Castillos del Olvido
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