lunes, 16 de marzo de 2020

Murallas de León (León)


Las Murallas de León se encuentran situadas en el casco antiguo de la capital provincial de León (Castilla-León). 

Las murallas de León corresponden a la cerca romana construida entre los siglos I a.C. y IV d. C., con añadidos posteriores de los siglos XII al XV. 

La primera fortificación de León se remonta al siglo I a.C., en época augusta, cuando León no era más que un campamento militar romano. Consistía en una doble empalizada de madera de 5 metros de altura y 3 metros de espesor, rellena con la tierra extraída del foso exterior excavado a un metro de la empalizada. 

En los siguientes 200 años, hasta el siglo I, durante la dinastía Julio-Claudia se construyó una nueva muralla unos 20 metros por delante de la original. Esta nueva estructura era también de madera, de unos 6 metros de altura y 4 de grosor, y estaba revestida por ambos lados por una pendiente de tepes, bloques de tierra arcillosa colocados regularmente y con varias almenas de defensa. Dos zanjas hacían las veces de foso. 

En los siglos I y II la pared exterior de la muralla se reemplazó por un muro de piedra colocada en opus caementicium (fragmentos de piedra unidos con mortero de cal, equivalente al hormigón actual) y en opus vitattum (hiladas de piedras de unos 30 centímetros). La muralla tenía una altura de unos 6,5 metros y un grosor de 2. En ella se abrieron cuatro accesos dobles (hoy están desaparecidos) y se eliminaron los fosos. 

Hacia finales del siglo III o comienzos del IV se alzó una nueva muralla, la que puede verse actualmente en la ciudad, esta vez de piedra, y el interior se rellenó con opus caementicium. Tiene una altura de 10 metros y un grosor de 5, y está jalonada por torres o cubos semicirculares. 

A finales del siglo XIV el rey Alfonso VI ordenó construir la muralla medieval que se extiende hacia el sur, caracterizada por dobles muros de canto rodado y almenas rematadas con saeteras muy típicas de la época medieval. 

A lo largo de la Edad Media y Moderna se realizaron diversas reparaciones de diferente alcance por todo el trazado. El abandono sufrido en época moderna dejó a la ciudad desprotegida a comienzos del siglo XIX. Las últimas obras importantes de refortificación corresponden a la primera guerra carlista, concretamente al periodo entre 1836 y 1840. 

La muralla romana rodeaba el recinto del campamento militar, era de forma rectangular y contaba con una puerta en cada uno de sus laterales. Aunque en la actualidad la muralla no está completa, los pequeños tramos que se conservan dan una imagen del contorno cuadrangular del casco viejo de la ciudad. 

De la muralla de piedra más antigua de la ciudad, levantada a finales del siglo I d.C., puede verse hoy día un pequeño tramo junto a la escalera que comunica la avenida de Ramón y Cajal con la plaza de San Isidoro. 

La única puerta original que sobrevive hoy en día se encuentra en el lado norte del recinto. Es la llamada Porta Decumana en época romana y rebautizada como Puerta del Castillo desde la Edad Media por la fortificación situada en uno de sus laterales. La estructura actual corresponde a una reconstrucción de mediados del siglo XVIII que sustituyó a la puerta anterior. 

En esta zona, en la calle Carreras, se puede apreciar un largo tramo de la fortificación romana cuyas torres fueron demolidas a fines del siglo XIX. Afortunadamente, en la también cercana avenida de los Cubos, es posible contemplar aún íntegras las torres romanas del sector oriental de la muralla, aunque experimentaron una sobreelevación durante el siglo XIV. 

Más adelante la fortificación desaparece bajo la cabecera de la catedral gótica para surgir poco después con los basamentos de la puerta oriental del recinto, la llamada Puerta del Obispo. 

La muralla continúa por la calle Serradores hasta la llamada Torre de los Ponce, en referencia a su familia propietaria en el siglo XII. En este punto el lienzo romano gira hacia el oeste, entre las casas de la Plaza Mayor y del Barrio Húmedo, siendo sólo visibles algunos retazos entre los tejados. En esta zona se situaría la Porta Praetoria del campamento, denominada Arco de Rege durante el período medieval. 

Al alcanzar la Rúa de San Francisco la muralla tomaba dirección norte hasta llegar a la altura del actual Palacio de los Guzmanes, cuya construcción significó el desmantelamiento de un buen tramo del lienzo defensivo. Aquí se ubicó la Puerta Cauriense. Sobrepasado este edificio el muro se prolongaba por la calle Ruiz de Salazar hasta alcanzar de nuevo la avenida de Ramón y Cajal junto a la colegiata de San Isidoro. 

Se encuentra en estado de ruina consolidada, parcialmente restaurada. 

Fuente: Castillos del Olvido

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