El Castillo de Alpuente se encuentra situado en la población homónima de la provincia de Valencia, en la Comunidad Valenciana.
Se alza a lo alto de la gran mole de piedra sobre la que se asienta la población. Aunque desde mediados del siglo XIX se encuentra en ruinas, durante la mayor parte de la historia alpontina dio refugio a las gentes de la villa cuando las murallas no podían resistir el ímpetu de los asaltantes. Aún guarda bajo sus derrumbadas estructuras una valiosa información arqueológica.
La fortaleza, construida por los musulmanes, siguió en uso tras la conquista cristiana por su estratégica situación fronteriza entre dos reinos, siendo reformada en profundidad durante las Guerras de la Unión del siglo XIV. Durante los siglos XIV y XV esta villa tuvo mucha importancia, por estar en el punto de entrada de una cañada real por la que circulaban los ganados, especialmente los lanares, y sobre los que tenía derechos de peaje. Su situación fronteriza entre Aragón y Castilla la convirtió en escenario de distintas luchas y su castillo sufrió ls consecuencias de las guerras con el Reino de Castilla hasta el siglo XV. Tras la Guerra de Sucesión y la llegada de los Borbones (Felipe V), en represalia por haber apoyado al candidato de la Casa de Ausburgo, se decidió destruir el castillo. Éste fue reconstruido durante las Guerras Carlistas.
Pese a que la parte superior del castillo había sido desmantelada o estaba en ruinas, durante la primera Guerra Carlista, Alpuente fue ocupado por las tropas carlistas de Cabrera en 1835. La tropa se instaló en los subterráneos y se mejoraron las defensas construyéndose cuatro baterías en la ciudadela. Resistió el asedio de las tropas del general liberal Azpiroz, aunque en la refriega se destruyeron muchas viviendas y una parte importante de la iglesia parroquial.
El castillo se alza sobre un peñón ocupando una extensión de unos 250 m. de largo por 16 m. de ancho. Esta mole rocosa sobre la que se asienta tiene en su parte oriental un precipicio de paredes verticales que se elevan 150 m., mientras que por el lado de la población la lisa roca se eleva 50 metros por encima de la misma. El acceso sólo podía realizarse por un estrecho sendero labrado en la propia montaña, que atravesaba tres puertas sucesivas, hoy desaparecidas.
Aún se observan algunos lienzos de sus murallas, con basamentos de torreones y diversas construcciones auxiliares, aljibes, etc. La parte mejor conservada es la meridional, próxima a la iglesia parroquial, donde destaca una gran torre, conocida como Torre de la Veleta, de sólida construcción a base de sillería bien labrada. También ha sobrevivido una buena parte del conjunto de estancias y pasadizos subterráneos excavados bajo la fortaleza. Poco es, pues, lo que se ha conservado de este castillo: resto de muralla perimetral con los basamentos de torres, los vestigios de dependencias interiores y las bóvedas de los recintos subterráneos. En las laderas del monte se encuentran algunos otros elementos dispersos.
Al castillo de accede por una rampa que parece que tuvo originalmente más de 3 metros de anchura y un buen acondicionamiento del pavimento, lo que permitiría el paso de caballerías y, quizá, carros pequeños. Al menos en sus momentos finales tuvo, como se puede apreciar todavía en el Castillo de Chulilla, un alto parapeto que la transformó en un camino cubierto. Así se accede a los restos de la puerta de la barbacana, que aparece mencionada en la documentación medieval y, tras ella, la antigua torre albarrana de época califal en la que, aparte de algunas reformas medievales, aún pueden apreciarse los destrozos que se ocasionaron por la explosión de una mina en las Guerras Carlistas.
El camino hace un zig-zag que permite alcanzar la plataforma superior de la barbacana. Al norte de ésta se abre el foso y lo que queda de la puerta medieval que todavía estaba en funcionamiento en el siglo XIX. Quedan, además, restos de aparejos de época califal que indican que anteriormente hubo un sistema defensivo cerrando el paso. Se abre luego una zona explanada que, por la izquierda, sigue por la parte inferior del castillo. Esta zona se caracteriza por una sucesión de estructuras subterráneas apoyadas contra la muralla musulmana, que fue realzada con una nueva construcción bajomedieval. Entre ellas y la pared rocosa se aprecian restos de estructuras construidas en superficie.
Se llega así a una nueva zona abierta en la parte norte, donde se conservan unas grandes cisternas de época bajomedieval y donde las excavaciones han documentado la existencia de viviendas de los siglos XI-XIII, al menos en su lado oeste, puesto que el este es un gran afloramiento rocoso. Toda la parte superior está construida sobre estructuras subterráneas que, al menos en su lado norte, son aljibes abovedados con respiraderos y pozo de acceso, enlucidos con almagra. Cuando dejaron de ser usados como tales -ya en época contemporánea- se abrieron puertas y se derribaron muros de compartimentación, construyéndose otros de mampostería.
Por encima de estas construcciones estaban las habitaciones, una de las cuales ha podido ser documentada en la excavación, con pavimentos de mortero de cal y con paredes de aparejo diverso (mampostería, sillarejo de tipo califal, etc.) con revestimiento de buenos acabados mediante enlucidos de cal. Sobre los restos de estas construcciones, se levantaron unas baterías en época carlista, formadas por anchos parapetos con muros de contención verticales en su interior y taludes de tierra o mampostería en el exterior. De momento sólo se han podido identificar dos de las cuatro que al parecer se construyeron.
Fuera del recinto de la fortificación, en la base de la roca donde se asienta, aparecen seis piletas, con forma semiesférica, excavadas en la misma roca y abujardadas que quizá se utilizaron para fabricar municiones.
Fuentes: Wikipedia
Castillos de la Comunidad Valenciana
Ayto. de Alpuente (Valencia)
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