El Castillo de Begíjar, también llamado Torreón de Begíjar, se encuentra en la población del mismo nombre en la provincia de Jaén, en la comunidad andaluza. Es el elemento más representativo de esta localidad y testigo de excepción en el devenir de su génesis histórica.
El origen del castillo se vincula a los visigodos, aunque posiblemente ya existiera una fortaleza anterior a esta época Fue ampliado y reestructurado por los árabes y posteriormente reformado por los cristianos tras su reconquista. Tras ésta, en 1226, Fernando III el Santo entrega la fortaleza a la diócesis de Jaén en el año 1251, con sede en Baeza.
Al paso de los años, el castillo cae en el abandono, hasta que en el siglo XVI el obispo Fray Diego Deza decide su derribo y aprovechando sus materiales, realiza la construcción del Palacio Episcopal dentro del mismo recinto del castillo, acabando la obra el obispo Alonso Suárez de la Fuente del Sauce. Del derribo del castillo solo se salvó la Torre del Homenaje, al ser la parte del mismo mejor conservada. Fue restaurada y convertida en cárcel del obispado de Jaén, perdiendo así su carácter defensivo. Más tarde quedaría empotrada entre viviendas colindantes y convertida en una residencia familiar.
Las características más sobresalientes de este castillo fueron:
La muralla: Todo el recinto se encontraba cercado por una ata y gruesa muralla, transitable toda ella por su adarve, y accediendo a la segunda planta de la torre del homenaje a través de un puente arcado, convirtiendo ésta en "albarrana". De trecho en trecho, se intercalaban en la muralla cubos o pequeños torreones que permitían diversificar los ángulos de tiro y defender mejor las cortinas de la muralla. Al pie de ésta, y rodeándola por el exterior, se abría a un fiso para impedir la aproximación del enemigo, salvándose mediante puentes levadizos, y
La Torre del Homenaje: Se trataba de la torre principal del castillo, destinada a la residencia del señor y cumpliría las funciones más destacadas del castillo, albergando las estancias principales y, en ocasiones, los almacenes de víveres. Se encontraba en posición norte, la más abrigada en relación con un posible ataque exterior, de forma que si sucumbiese al resto de defensas, proporcionase un último refugio. Dispone de una aspillera frontal y una garita para mejorar las condiciones de tiro de los defensores sobre los asaltantes. También cumpliría las funciones de almacén de víveres y reserva de agua, ya que existe un aljibe excavado en el subsuelo de la torre que se llenaba con una canalización proveniente de la terraza de la misma.
Fuente: Wikipedia
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