El Castillo de Béjar, llamado también Palacio de los Zúñiga o Palacio Ducal de Béjar, se encuentra en esta población homónima de la provincia de Salamanca (Castilla-León).
Los
vetones, pueblo de origen indoeuropeo cuya principal ocupación era
la ganadería, fueron unos de los primeros pobladores de estas
tierras. Posteriormente llegaron los romanos y dominaron todo el
territorio. Béjar se encontraba dentro del trazado de la famosa
Calzada de la Plata, vía de comunicación importantísima que unía
Mérida con Astorga.
Durante
la época árabe, Béjar constituyó una plaza fuerte muy importante,
construyéndose, en el solar que hoy ocupa el Palacio Ducal, una
alcazaba y rodeándose toda la ciudad por una muralla, de la que aún
se conserva su parte occidental. Reconquistadas definitivamente estas
tierras en tiempos de Alfonso VII, Rey de Castilla y Rey de León, el
entorno bejarano fue asignado al reino de Castilla, de aquí que la
mayor parte de esta comarca fuera repoblada con gentes castellanas.
Reunificados
definitivamente los reinos de Castilla y León, en 1230, en la
persona de Fernando 111 el Santo, esta zona siguió los avatares
generales de la historia de España. La importancia de la localidad
se consolidó con la creación ese mismo año del ducado de Béjar,
que disfrutó de un gran prestigio entre la nobleza española de la
época.
El
actual castillo palacio de los Duques de Béjar fue construido en el
siglo XVI sobre una parte de la antigua alcazaba árabe del siglo
XIII. Este castillo palacio, que destaca por la sobriedad de su
decoración, posee torreones cilíndricos de refuerzo y otras torres
en el antemuro. La primitiva entrada da a poniente y conserva el
aspecto de fortaleza, con un antemuro en el que se abre un arco
semicircular timbrado con las armas de los duques y sus iniciales F y
G, que corresponden a don Francisco de Sotomayor y Zúñiga y doña
Guiomar de Mendoza.
Un
enorme cubo desmochado forma el ángulo suroeste, y otros dos, uno
redondo y otro poligonal, esquinan la fachada hacia oriente,
guarnecidos con azulejos blancos y azules, cornisas y escudos. Dentro
se puede de ver el patio, de forma irregular, con galerías de arcos
y columnas semijónicas en dos alas y en ambos pisos.
La
gran nave meridional, construida hacia el año 1569, ofrece varios
órdenes de ventanas bien trazadas, con los escudos ya repetidos y
las iniciales señaladas. La sala llamada Verde, por las pinturas
murales realizadas en el siglo XVIII por un italiano llamado Ventura
Lirios, fue blanqueada. Se encuentra en buen estado de conservación,
aunque muy transformado.
Fuente: Castillos del Olvido
Galería:
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