La Torre de Palmones, también llamada Torre de Entre Ríos, se encuentra situada entre los ríos Guadarranque y Palmones, cerca de la localidad de Palmones en el término municipal de la población de Los Barrios de la provincia de Cádiz (Andalucía).
Según
un documento del año 1588, el comendador de los Hornos, don Luis
Bravo de Laguna, comisionado por Felipe II, mandó la construcción
de una atalaya entre los ríos Guadarranque y Palmones, señalando
que su función sería únicamente de vigilancia y aviso y que no
tendría que actuar como plataforma de combate.
La
construcción de esta atalaya fue financiada por la Hacienda Real, ya
que ocupaban tierras de realengo, lo que agilizó su construcción en
comparación con las que habría de costear los nobles en cuyos
territorios se designó su construcción. Desde esta torre primero se
vigiló la posible llegada de piratas berberiscos, luego la llegada
de navíos ingleses.
Su dotación habitual fue de tres
guardas, conocemos a dos de sus torreros gibraltareños de 1668, Juan
Ramos y Alonso Delgado. Su historia decae en el siglo XIX. Durante la
guerra de la Independencia (siglo XIX) fue parcialmente destruida, y
reparada posteriormente.
La
torre es la única torre de marina del término municipal de Los
Barrios. Se trata de una torre de las pequeñas o atalaya, según la
clasificación al uso en el siglo XVI, ya que no podía soportar
artillería.
Esta torre presenta excepcionalmente una planta
cuadrada, fórmula anacrónica en la España de los Austrias. También
presenta elementos defensivos de inspiración medieval, como las
ladroneras que defendían la parte central de sus muros y, por tanto,
controlaban su único acceso, en la facha noreste.
La torre
cuenta con una sola estancia, cubierta por bóveda vaída de ladrillo
de cinco metros de altura. La puerta-ventana se abre a siete metros
de altura, siendo la torre maciza hasta esa altura. El acceso se
realizaba por una escala de cuerda que, recogida desde el interior,
garantizaba cierta protección a sus ocupantes.
En el muro
opuesto al de acceso se abre un ventanuco que mira al mar. Este vano,
como la puerta-ventana, cuenta con jambaje de piedra ostionera, donde
se conservan restos de la quicialera. La pieza del umbral presenta
dos muescas para alojar los cabos de la escala.
A dos tercios
de su altura se localizan varios mechinales. Dispone de un hogar de
chimenea en el muro noreste, con el tiro caído como consecuencia de
actos vandálicos, con salida en el terrado por una discreta abertura
en el suelo. La escalera que conecta la estancia y la azotea es
helicoidal, con arranque en el muro suroeste. Consta de peldaños
individualmente tallados en piedra ostionera. Desembocaba en un
garitón que también ha sucumbido a las agresiones de visitantes.
Centrado sobre el vano de entrada, cuenta con un mechinal donde
encastrar una viga para izar mercancías. Exteriormente muestra
varios mechinales más.
Un rasgo morfológico definidor de su
modernidad es su forma tronco paralelepipédica. Otro, habitualmente
ligado al anterior, es su relativa baja altura, once metros
actualmente, a los que habría que sumar uno más correspondiente al
desaparecido pretil de la azotea. El edificio presenta zarpa en la
base que aflora escasamente un metro del arenal en que se asienta.
Los
muros de esta torre son de mampostería en hiladas horizontales muy
irregulares, con abundante argamasa, encuadradas por cadenas de
sillarejos de piedra ostionera en las esquinas que alternan con otros
calizos de menor grosos. Su fachada principal presenta desperfectos
por la extracción intencionada de materiales y groseras
restauraciones con cemento. Las ladroneras son de ladrillo sobre
ménsulas de piedra, y están muy mal conservadas.
Con
la salvedad de la mencionada grieta en el muro que alberga la
escalera, el edificio se mantiene en buen estado, a pesar de
levantarse en suelo arenoso. Actualmente está rodeada de un parque
con jardines.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
Galería:
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